En una jornada marcada por movimientos dispares en los distintos segmentos del mercado cambiario, el dólar blue superó al oficial por primera vez en lo que va de julio. La divisa informal cerró este martes en $1.280, mientras que el dólar minorista cayó cinco pesos y se ubicó en $1.275 en las pantallas del Banco Nación. La última vez que se había observado esta relación fue el 27 de junio.
La baja del tipo de cambio oficial, que había alcanzado un nuevo récord histórico el lunes, encendió alertas entre operadores e inversores, en un contexto donde las reservas del Banco Central continúan en descenso y el déficit externo sigue en expansión.
En el segmento financiero, el contado con liquidación (CCL) descendió 1,2% y cerró en $1.262, mientras que el dólar MEP retrocedió 1,3% hasta los $1.260. El mayorista también bajó cinco pesos y quedó en $1.255. En paralelo, el mercado de futuros operó con importantes caídas de hasta 0,8%, en una rueda con alto volumen y fuerte presencia oficial en los plazos más cortos.
Según Gustavo Quintana, de PR Operadores de Cambio, la intervención oficial se hizo sentir en el mercado de futuros. Desde Adcap, señalaron que fue una “jornada negativa para los contratos de dólar futuro”, con una curva ofrecida desde la apertura y bajas que llegaron al 1% durante el mediodía.
Reservas en caída y déficit externo en aumento
Más allá de los movimientos diarios del dólar, los analistas coinciden en que la economía argentina enfrenta un equilibrio macro extremadamente frágil. A pesar de una relativa estabilidad fiscal, los problemas estructurales del frente externo amenazan con desestabilizar el mercado cambiario.

Datos de la consultora Eco Go revelan que en el primer trimestre del año el déficit de cuenta corriente ascendió a 5.191 millones de dólares, impulsado por el fin del esquema blend y la caída del superávit comercial. En mayo, las reservas internacionales bajaron 2.000 millones y la cuenta capital tampoco logró revertir el saldo negativo.
El dato más preocupante fue la formación de activos externos por parte del sector privado, que sumó 3.226 millones de dólares en un solo mes. Esto ocurrió incluso con ingresos extraordinarios provenientes de organismos multilaterales y emisiones privadas.
Financiamiento externo, la única vía
Ante la falta de dólares genuinos, el Gobierno apuesta de lleno al financiamiento externo. Entre diciembre de 2023 y junio de 2025, se cancelaron más de 16.800 millones de dólares con acreedores no residentes, en su mayoría con reservas propias. El nuevo acuerdo con el FMI obligó a utilizar deuda en pesos como herramienta de transición, pero la presión sobre las reservas continúa.
Cohen anticipó que la agenda financiera para lo que resta del año incluye vencimientos por otros 6.300 millones de dólares. La sostenibilidad del esquema dependerá, cada vez más, de la capacidad de conseguir dólares frescos. “No es la voluntad de pago la que está en duda, sino la capacidad de generarlos”, advirtieron.
El superávit comercial se reduce y crece la demanda de importaciones
El informe de Cohen también apuntó al deterioro del frente externo: durante los primeros meses del año, el déficit de cuenta corriente duplicó el objetivo estimado por el FMI. A pesar de una leve recuperación del agro y el superávit energético, la industria continúa generando un rojo estructural, que en 2024 ascendió a 20.000 millones de dólares.
Aunque mayo y junio registraron récords de liquidaciones por parte del campo, los analistas prevén un segundo semestre complejo. El retorno de retenciones más altas y el repunte en la demanda de importaciones podrían dificultar la acumulación de reservas.







