El solsticio de invierno ocurrió el pasado 20 de junio y marcó oficialmente el inicio de la estación más fría del año. Con temperaturas bajo cero en muchas regiones, se intensifican los casos de gripe, resfríos y otras infecciones respiratorias. Frente a esto, adoptar hábitos saludables como una buena alimentación puede ser una herramienta clave para cuidar la salud.
Existen frutas ricas en vitaminas, antioxidantes y fibra que ayudan a reforzar el sistema inmunológico y proteger el organismo del ataque de virus y bacterias. A continuación, un repaso por cinco frutas de invierno recomendadas por instituciones médicas como la Clínica Mayo, la Escuela de Salud Pública de Harvard y la Cleveland Clinic.
1. Mandarina
Es una de las frutas más consumidas en invierno. Al igual que la naranja, contiene altos niveles de vitamina C, que estimula la producción de glóbulos blancos. También es rica en agua, lo que favorece la hidratación, y posee betacarotenos que protegen las mucosas respiratorias.
2. Kiwi
Sorprende por su alto contenido de vitamina C, incluso superior al de la naranja. Además, es una fuente importante de fibra, lo que mejora la salud intestinal, fundamental para el sistema inmune, ya que cerca del 70% de sus defensas se encuentran en el intestino.
3. Pomelo
Recomendado por la Cleveland Clinic, es una fruta rica en vitaminas C y A, que ayudan a reducir la inflamación, combatir el estrés oxidativo y fortalecer la respuesta del organismo frente a infecciones. Sus flavonoides también tienen efectos antivirales.
4. Manzana
Contiene quercetina, un compuesto que protege las vías respiratorias. Además, su alto contenido en fibra soluble favorece el tránsito intestinal y ayuda a mantener una microbiota sana, clave para evitar enfermedades.
5. Granada
Es considerada un potente antioxidante natural. Sus propiedades antiinflamatorias y antivirales la convierten en una aliada para reforzar el sistema inmune durante el invierno y proteger las células frente a virus y bacterias.
Incluir estas frutas en la alimentación diaria puede ser una forma simple y efectiva de reforzar las defensas naturales del cuerpo. Acompañarlas con una dieta variada, buen descanso y actividad física ayuda a atravesar el invierno con mayor bienestar.








