La situación actual en Estados Unidos para las personas con green card está marcada por el miedo, la incertidumbre y un estado de limbo debido a cambios en la política migratoria. Aunque estas personas tienen residencia permanente legal, muchos temen que errores administrativos o nuevas regulaciones puedan afectar su estatus y su derecho a vivir y trabajar en el país.
El gobierno de Donald Trump implementó una política migratoria más estricta que ha generado preocupación entre los titulares de tarjetas de residente permanente. Además, algunas solicitudes de green card han sido pausadas para realizar exámenes y verificaciones adicionales, lo que ha dejado a muchos en espera sin un plazo claro para la resolución de sus casos.
Desde finales de marzo, el Departamento de Seguridad Nacional suspendió temporalmente el procesamiento de solicitudes de green card realizadas mediante el proceso de ajuste de estatus. Este proceso es utilizado por personas que ya se encuentran legalmente en Estados Unidos y desean cambiar su estatus a residente permanente, incluyendo trabajadores, familiares extranjeros, refugiados y asilados.
La pausa en el trámite busca identificar posibles fraudes o amenazas a la seguridad pública y nacional, en línea con decretos presidenciales que buscan impedir la entrada de personas consideradas riesgosas. Sin embargo, esta medida ha dejado a miles de refugiados y asilados sin poder avanzar en sus solicitudes, a pesar de haber cumplido con los controles de seguridad requeridos.
Los últimos cambios
En febrero, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos implementó cambios en el proceso de solicitud de residencia permanente. Ahora, quienes llenen el formulario I-485 deben presentar simultáneamente el formulario médico y de vacunación, que certifica que no padecen enfermedades que puedan representar un peligro público para el país.
Además, se eliminaron ciertos formularios relacionados con exenciones económicas y se aclararon las preguntas sobre la inadmisibilidad por carga pública. Esto busca facilitar la evaluación de las solicitudes y reducir la confusión entre los aplicantes, quienes deben demostrar que no dependen fundamentalmente del gobierno para su subsistencia.
El tiempo estimado para procesar una solicitud de residencia legal permanente es de aproximadamente 90 días para quienes ingresaron legalmente o tienen peticiones familiares. Sin embargo, para inmigrantes indocumentados, el proceso puede extenderse por años, lo que aumenta la incertidumbre y la dificultad para planificar su futuro.
En este contexto, los titulares de green card enfrentan un panorama desafiante que requiere mantenerse informados y buscar asesoría legal especializada. La combinación de políticas más restrictivas, pausas en los trámites y nuevos requisitos administrativos mantiene a muchos inmigrantes en un limbo legal sin certezas sobre su estatus.
Fuente: CNN en Español









