En un país donde las brechas regionales son históricas, Misiones aparece como una excepción relativa dentro del Norte Grande. Según un nuevo informe elaborado por la Fundación Fundar, la tierra colorada se ubica entre las dos provincias con mayor aporte al Producto Bruto Interno (PBI) dentro del bloque del Norte Grande, superando a ocho de sus diez integrantes. En un contexto de fuerte concentración económica en pocas jurisdicciones, Misiones logra una performance destacada en el interior más postergado del país.
El estudio analizó los datos más recientes de 2023 sobre la participación provincial en el PBI nacional, y evidenció lo que muchos economistas vienen señalando: la economía argentina se encuentra cada vez más centralizada en el eje Buenos Aires-CABA. Juntas, estas dos jurisdicciones generan más del 50% del PBI del país: 32% la provincia de Buenos Aires y 20% la Capital Federal. El resto apenas se reparte el excedente.
Le siguen Córdoba (8%) y Santa Fe (7,8%), dejando en claro que cuatro provincias concentran más de dos tercios de toda la riqueza argentina. En contraposición, las diez provincias del Norte Grande (NEA y NOA) continúan muy por debajo, con porcentajes que en su mayoría no alcanzan siquiera el 1% del total nacional.
Dentro de ese grupo rezagado, Misiones se destaca con un desempeño que la posiciona por encima de La Rioja, Formosa, Catamarca, Corrientes, Santiago del Estero, Chaco, Tucumán y Jujuy. Solo es superada por Salta y eventualmente por Tucumán, según algunos años base. Es decir, que Misiones es una de las economías más dinámicas dentro del Norte Grande, incluso en un escenario de asimetrías crecientes.
Sin embargo, este dato positivo no logra ocultar un problema estructural más profundo: el atraso per cápita del NEA, que sigue a la zaga del desarrollo nacional. Si se mide la producción por habitante, Misiones cae al fondo del ranking, acompañada por Corrientes y Formosa. Las tres provincias tienen un PBI per cápita 52% menor al promedio nacional, lo que refleja una economía provincial que crece, pero con fuerte presión demográfica, alta informalidad y bajo valor agregado.

Cada vez más desigual
El informe de Fundar no solo repasa los datos actuales sino que ofrece una perspectiva histórica de largo plazo. Desde 1895 hasta la actualidad, el crecimiento económico fue profundamente desigual entre regiones. Mientras la economía nacional se multiplicó 34 veces, la Patagonia creció 680 veces, gracias a la expansión de la energía, el gas, el petróleo, la minería y la pesca. Por eso pasó de representar apenas el 0,5% del PBI en el siglo XIX a casi el 10% en la actualidad.
La Región Pampeana -que incluye el AMBA- también mantuvo su hegemonía: concentraba el 74,5% del PBI en 1895 y llegó al 83% en su pico histórico. Hoy se ubica en el 72%, aunque con un poder estructural intacto. En cambio, el NEA y el NOA han perdido terreno o, en el mejor de los casos, no lograron achicar la brecha. En 1895, el NOA producía un 26% menos que la media nacional; hoy, esa diferencia se amplió al 37%. El NEA, que estaba 34% por debajo del promedio hace 130 años, ahora se encuentra 47% por debajo.
Riqueza por regiones (2023)
La Pampeana (incluye AMBA) concentra el 72% del PBI; Patagonia 9,5%; NOA 7,9%; Cuyo 5,6%; NEA 4,9%.
La Patagonia es la única región que ganó participación relativa en más de un siglo, mientras que el Norte y Cuyo quedaron relegados. En este mapa, Misiones aparece como una economía intermedia: lejos de los polos de riqueza, pero con un peso creciente dentro del bloque más postergado.
La posición de Misiones
El desempeño misionero se explica por múltiples factores. En primer lugar, tiene una base agroindustrial diversificada, con yerba mate, té, tabaco, forestación, alimentos y turismo como motores de actividad. Además, posee un mercado interno sostenido, potenciado por programas provinciales que estimulan el consumo.
Pero también enfrenta desafíos estructurales: altas tasas de informalidad laboral, presión migratoria desde países vecinos, déficit energético e infraestructura limitada, sumados a un acceso limitado al crédito productivo. Todo esto restringe el salto cualitativo necesario para transformar el volumen económico en bienestar social.
En ese sentido, el informe de Fundar es un llamado de atención: la participación bruta en el PBI puede ocultar profundas desigualdades internas, sobre todo cuando no va acompañada de políticas de distribución equitativa, desarrollo regional y mejora del ingreso per cápita.
Misiones, pese a su posición destacada entre sus pares del Norte Grande, sigue atrapada en esa doble condición: es de las que más produce en el Norte, pero también una de las más pobres por habitante.





