Si te interesa la astrología, quizás hayas escuchado hablar del signo lunar o el ascendente. Y es que a tu personalidad no solo afecta la posición del Sol en el momento de tu nacimiento, sino que hay otras muchas posiciones que debemos tener en cuenta.
Una de ellas es la ascendente, que corresponde a la constelación que se alzaba por el horizonte al momento de tu nacimiento. Este signo determina, en gran medida, la forma en la que exteriorizas tu personalidad. Es tu “yo externo”.
La forma en la que se determina depende, además de la fecha en la que naciste, de la hora y el lugar de tu nacimiento. Con esta información puedes obtener todas las posiciones de tu carta astral.
En el caso del ascendente Cáncer influye en tu personalidad independientemente de cuál sea tu signo solar y tu verdadera identidad.
Entre otras cosas, te hace ver como alguien empático e intuitivo. También como una persona hogareña y cuidadora, que siempre piensa en los demás e incluso llega a anteponerlos.
Y es que, independiente de cómo seas por dentro, por fuera, esto es lo que demuestras. Puede que exteriorices que le das a tu intuición más importancia de la que realmente tiene en tu vida, o te muestres más complaciente y atenta de lo que te gustaría.
Pero este ascendente también potencia tu conexión con tus emociones, con tu intuición, con el hogar y la empatía. Además de darte el don de la persistencia, que es inherente al signo de Cáncer.
Aunque no todo es bueno: este ascendente también puede hacer que tu humor sea más voluble, que tu sensibilidad se vea potenciada en el mal sentido y que hagas que tus barreras sean más altas de lo que deberían.
Características positivas
- Son muy empáticos.
- Tienden a cuidar de las personas que los rodea.
- Tienen una fuerte conexión con su familia y su hogar.
- Su intuición no suele fallarles.
Características negativas
- Pueden tener cambios de humor muy repentinos.
- Tienden a aislarse y dejar fuera a los demás.
- Evitan las confrontaciones siempre que pueden.
- Suelen ser muy posesivos en sus relaciones.
Fuentes: Cosmopolitan / Lecturas









