En una jornada cargada de emoción, orgullo y compromiso, los niños y niñas que asisten y son escolarizados dentro del Hogar de Día, participaron del acto de Promesa de Lealtad a la Bandera, un momento que para muchos fue esperado durante largo tiempo y que reafirmó no solo el sentido patriótico, sino también el trabajo integral que se realiza en esta institución para garantizar los derechos de la niñez.
Entre los protagonistas del acto estuvieron Alma Cristaldo y Nahuel Machado, alumnos del Aula Satélite de la Escuela de Adultos N.º 4, quienes vivieron este día con una mezcla de nervios, entusiasmo y alegría compartida.
“Me sentí un poco nerviosa. Estuvimos ensayando en los días libres, a veces uno se equivocaba y el otro lo hacía bien, pero lo logramos juntos”, contó Alma entre risas. Y agregó con firmeza: “Prometer la bandera para mí es muy importante porque llevás tu símbolo patrio”.

Para Nahuel, la experiencia también fue significativa: “Me gustó mucho, me preparé para este momento. Prometer la bandera es dar un paso muy importante”, expresó, algo tímido pero visiblemente emocionado.
Andrea Segovia, directora del Hogar de Día Posadas valoró el acto como una oportunidad para reafirmar el compromiso con los derechos fundamentales de niños, niñas y adolescentes. “Nuestra bandera con los niños del Hogar de Día garantizando sus derechos: derecho a la educación, derecho a la recreación. Ellos están muy contentos también, porque prometen la bandera, así que estamos compartiendo con todos”, señaló, y agradeció la presencia de autoridades.
“La gestión mía es que los chicos puedan estar bien, que sea placentero venir al hogar y poder acompañarlos en su desarrollo de la mejor manera posible”, explicó. “Que ellos entiendan el sentido de la vida, que puedan comprender que pasar por esta vida tiene un montón de cosas lindas también”.
Actualmente, el Hogar de Día recibe a unos 80 niños y niñas, entre asistencia regular e irregular, con un amplio abanico de propuestas: apoyo escolar, clases de taekwondo, fútbol, atención pediátrica, farmacia, talleres para padres y madres, y articulación con universidades populares.
Alma destacó el vínculo con sus docentes y compañeros: “Mi estadía con mis compañeros es muy buena. Podés hacer amigos, charlar sobre cualquier problema. Los profesores nos enseñan muchas cosas”. Y añadió con cariño: “Las maes son re buenitas conmigo”.
Más allá del acto simbólico, la promesa a la bandera en el Hogar de Día fue una celebración del esfuerzo colectivo, la contención afectiva y el acompañamiento pedagógico que allí se brinda. Una jornada que quedará grabada en el recuerdo de sus protagonistas como un paso más hacia la construcción de un presente con derechos, respeto y dignidad.







