En medio de una nueva escalada de tensión entre Israel e Irán, Matías Cohen, un joven misionero radicado en Jerusalén desde hace cinco años, compartió su testimonio en primera persona sobre cómo se vive la situación desde adentro. En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones.comentó que hoy los despertó “el servicio de noticias, digamos, de defensa civil de Israel. Nos mandó un mensaje de alerta de que Israel iba a atacar a Irán. Nos avisaron que debíamos prepararnos para ir a los refugios”.
Matías vive en Jerusalén, ciudad donde, al menos por ahora, las alarmas no han sonado. “Gracias a Dios, acá no sonaron las sirenas, solo recibí el aviso en mi celular”, comentó. Sin embargo, aseguró que el protocolo está claro en caso de ataque: “Tendríamos que ir al refugio y permanecer al menos diez minutos hasta que pare la sirena. Si sigue sonando, quedarse más tiempo”. Consultado sobre el alcance de la amenaza y cómo se percibe en la rutina cotidiana, explicó: “Hoy, por la advertencia, decidieron no dictar clases en las escuelas. Los supermercados están abiertos, pero yo decidí no salir de mi casa”.
Pese a la alarma y el clima de tensión, Cohen asegura que el nivel de preparación en Israel transmite cierta tranquilidad a la población: “Me siento seguro. Cuando suenan las sirenas, la gente va al refugio, espera y luego vuelve a su rutina como si nada. Al principio me costó entenderlo, pero ahora ya me acostumbré”.
Desde Argentina, su familia sigue con preocupación cada noticia. “Cuando sonaron las alarmas, mi mamá me escribió enseguida y después me llamó. Oramos juntos. Yo traté de transmitirle la tranquilidad que tengo”, contó.
Sobre la posibilidad de ataques en otros países a causa del conflicto, Matías expresó una preocupación particular: “Creo que a Israel le preocupa más lo que pueda pasar afuera que acá adentro. Acá es más controlable. Tenemos el ejército, los sistemas de defensa. Es mucho más posible interceptar misiles que mande Irán. Afuera somos más vulnerables, como en embajadas o lugares como la AMIA”.
Matías tiene 34 años y vive en Israel desde 2019. “Vine en 2018 de visita y sentí que este era mi lugar. Como tengo ascendencia judía por parte de mi papá, pude hacer aliá, que es venir a vivir a Israel como parte del retorno”, explicó. Actualmente trabaja en una cafetería en Jerusalén, aunque su formación profesional es en diseño gráfico, carrera que estudió en Argentina.
“Con respecto a la seguridad, se vive mucho más tranquilo acá que en Argentina”, comparó. “A nivel profesional me costó continuar con mi carrera, pero en lo económico puede ser un poco mejor”. Mientras en Argentina su madre, amigos y conocidos siguen cada noticia con preocupación, Matías, desde el corazón de Jerusalén, transmite calma. “Ojalá no pase nada. Lo que se busca es la paz”, concluyó.







