Comprender que la salud mental requiere atención prioritaria es hoy más urgente que nunca. En Argentina, una de cada tres personas mayores de 20 años presenta algún tipo de trastorno mental.
Las afecciones más frecuentes incluyen los trastornos de ansiedad, los del estado de ánimo y los problemas relacionados con el consumo de sustancias, según datos de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud de la Nación.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la doctora Valeria Garello, jefa del Servicio de Salud Mental del Hospital Favaloro, confirmó que en los últimos años aumentaron de forma sostenida las consultas vinculadas a esta problemática, especialmente a partir del impacto de la pandemia de COVID-19. Esto se debe a múltiples factores. Por un lado, hay un cambio en cómo la sociedad representa y comprende la salud mental. Si bien todavía existen estigmas, cada vez más personas buscan ayuda profesional”, explicó.
Uno de los avances más significativos es la creciente disponibilidad de información sobre salud mental, lo que facilita la identificación de situaciones que antes eran naturalizadas o negadas. “Vivimos en una época de mucha incertidumbre y presión, tanto a nivel personal como social, y eso impacta directamente en la salud emocional”, agregó Garello.
La especialista señaló que las consultas abarcan un amplio rango etario, desde adolescentes hasta adultos mayores. Sin embargo, los adultos jóvenes -entre los 20 y los 40 años- son quienes más recurren a la atención psicológica. En cuanto al género, históricamente las mujeres han consultado más que los varones, aunque esa tendencia está comenzando a cambiar.
“No significa que las mujeres tengan más trastornos, sino que culturalmente se les permite más pedir ayuda. Por suerte, cada vez más varones se animan a cuidar su salud emocional”, destacó.
Las razones detrás de las consultas son diversas, pero algunas se repiten con frecuencia. Las situaciones económicas complejas -como la inseguridad laboral, el desempleo o la dificultad para llegar a fin de mes- generan altos niveles de ansiedad, especialmente entre los jóvenes adultos.
También se observan motivos emocionales, como rupturas de pareja, conflictos familiares y experiencias de violencia.
Según informes de la OMS los trastornos mentales se encuentran entre las cinco principales causas de enfermedad en América.





