En septiembre del año pasado, la fiscalía de Instrucción 3 de San Vicente requirió al magistrado Gerardo Casco la elevación a juicio del expediente por el femicidio de Carmen Daniela Radke (23). La novedad del caso es que el acusado será juzgado la semana que viene en el Tribunal Penal de Oberá.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN señalaron que el próximo jueves 12 de junio, Calixto Alan Closs (32) se sentará en el banquillo por el crimen de la joven, ocurrido el 5 de mayo del 2023 en San Vicente. En principio está pautada una sola jornada en la que están convocados 8 testigos. El acusado deberá responder por los delitos de “femicidio y abuso sexual con acceso carnal”, los cuales de ser hallado culpable solo le cabría la pena de prisión perpetua.
La defensa en la etapa de instrucción de la causa, había pedido la libertad de su defendido. Uno de los argumentos que expuso ante el juez, fue que la joven y él eran amigos y que ella perdió la vida en el marco de un juego sexual. Si efectivamente fue así, los investigadores se preguntaban por qué entonces Calixto Closs descartó el cuerpo.

La autopsia determinó que había signos de abuso sexual y que la muerte de Daniela se debió a un estrangulamiento efectuado con un cable.
Ella había salido de su casa en la tarde del 4 de mayo. En horas de la mañana del día siguiente, un vecino que caminaba por la calle Miranda del barrio Unido, notó que a unos 20 metros al costado del camino, había un bulto que parecía ser una persona que estaba boca abajo. Avisaron a la policía.
Era el cadáver de la joven, que estaba semidesnuda. Entre las ropas que tenía puesta hallaron su ropa interior, como si alguien la hubiera colocado allí tras su muerte. En ese momento todo era una incógnita acerca de dónde la habían matado, quién era el autor y qué había sucedido. En base a registros de cámaras de seguridad, la policía detectó que en esa madrugada, una motocicleta salía de un domicilio sobre la avenida Néstor Kirchner. Sobre el tanque llevaba un bulto.
Tras revisar ese mismo registro pero varias horas antes, observaron que una persona llegaba en una moto con una chica al lugar. El abrigo que tenía ella era muy similar al que tenía el cuerpo de Daniela Radke. La hipótesis era que tras asesinarla, la llevó cargada sobre la motocicleta para arroja.
Con una orden de allanamiento detuvieron a Alan Closs, empleado de un secadero de la zona. En la pieza que alquilaba secuestraron restos de cabellos y una colita para atarlos, un chip de celular, tarjetas de memoria y una motocicleta tipo cross.
Otra prueba que lo complicó, fue el hallazgo de la mochila de la víctima en un taller mecánico. El dueño dijo que Closs se la había dejado hacía unos días pidiéndole que se la guardara.
La familia de Daniela contó que lo conocían al sospechoso, que varias veces había ido a buscarla a ella a la casa pero solo como amigos, nunca como novios. “Ella no quería saber nada con él, lo rechazó tantas veces que me parecía imposible, al menos por su voluntad (…) Y si ella veía algo raro se hubiera ido porque era re impulsiva. Eran solo conocidos, no tenían una relación”, contó en su momento una amiga de Daniela a este Diario.








