“La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido”, H. Lovercraft.
El miedo es una emoción primaria que según dicen nos sirvió para sobrevivir como especie humana.
Hemos crecido con dichos como: “¡No sientas miedo!”. Así que solemos ver al miedo como una debilidad una emoción que pocos quieren ¡reconocerla! En realidad, lo malo del miedo no es el miedo sino lo que dejamos de hacer por no poder sentirlo, reconocerlo, regularlo, enfrentarlo y animarnos a probar que hay después de él.
Mucho podríamos hablar de lo que sucede cuando sentimos miedo, nos paralizamos, no podemos pensar objetivamente, nos quedamos rígidos y a nivel emocional queremos huir o escondernos, buscar un lugar seguro que ciertamente no es aquello que estamos enfrentando.
La idea de la nota de hoy es reflexionar acerca del miedo que sentimos cuando vamos hacia lo “desconocido” y que para evitar sentir ese miedo muchas veces nos aferramos a cosas, lugares, personas y trabajos porque nos dan cierta sensación de seguridad y aun estando terriblemente insatisfechos con lo que estamos haciendo, somos capaces de mantener situaciones que no van más, con tal de no cambiar, de no dar ese paso que nos lleva a otra posibilidad.
Pensá: ¿cuántas veces dejaste de hacer cosas que soñaste por miedo a lo que iba a pasar? Por querer tener seguridad. Dice una frase que todo lo que has querido se encuentra después del miedo, y si recordamos momentos donde sentimos miedo al iniciar algo que no conocíamos y luego lo pudimos hacer, recordarán cómo nos llenamos de vida ¡solo por habernos animado!
Hoy te propongo que recuerdes ese proyecto, viaje, cambio de trabajo o salida que dejaste de hacer por miedo a equivocarte y que te lo imagines haciendo. ¡Hacé de cuenta que estás ahí! Sentí cómo es, registra las sensaciones que aparecen y vas a ir notando como aparece una sonrisa en tu rostro. Cada uno tendrá que ver cuál es el miedo que no te está permitiendo hacer eso que tanto querés.
Pensar y visualizar nos va a ayudar a darle forma a nuestros sueños, no necesitan ser grandes sueños, sino solamente cosas que queremos hacer y las hemos postergado por miedo a lo desconocido.
Abrazarnos y mostrar lo que sentimos nos vuelve humanos y sensibles, acordémonos de la frase: “Hazlo, y si te da miedo, hazlo con miedo”.
Bendiciones
Prof. Paula Vogel
Gimnasia para el Alma.
WhatsApp: 3764-414872








