Durante los meses fríos de invierno, nuestras plantas y huertos están expuestos a condiciones adversas que pueden provocar daños y quemaduras en las hojas. Comprender por qué se queman las plantas con el frío es fundamental para tomar las medidas necesarias y proteger adecuadamente nuestras preciadas vegetaciones.
El frío extremo afecta a las plantas de varias formas. Una de las principales razones es la formación de cristales de hielo dentro de las células vegetales, lo que causa daño y ruptura en las membranas celulares. Esto resulta en la aparición de hojas quemadas o marchitas.
Es importante aprender a reconocer los signos de que nuestras plantas están experimentando frío. Algunas señales comunes incluyen el marchitamiento de las hojas, cambios de coloración como tonos amarillentos o marrones, y la presencia de manchas negras o quemaduras en los bordes de las hojas.
Por otra parte, las plantas pueden mostrar un crecimiento lento o detenido debido al estrés provocado por el frío. La protección adecuada de tu huerta es esencial para prevenir daños por heladas y mantener tus cultivos saludables.
1. Invernaderos:
Los invernaderos son una excelente opción para proteger tus plantas de las bajas temperaturas.
Estas estructuras proporcionan un ambiente controlado donde puedes regular la temperatura y la humedad. Además, los invernaderos ofrecen protección contra el viento y otras condiciones climáticas adversas. Son estructuras diseñadas específicamente para proporcionar un ambiente controlado y protegido para tus plantas.
2. Coberturas protectoras:
Utiliza coberturas como telas de protección, mantas térmicas o plásticos transparentes para cubrir tus cultivos. Estos materiales actúan como barreras físicas que retienen el calor y protegen las plantas del frío. Asegúrate de asegurar las coberturas correctamente para evitar que se desprendan con el viento. Esta es una solución similar al mulching, aunque emplea materiales industriales que son muy eficientes en cuanto a características térmicas.
El inconveniente es que la protección de la planta frente a la helada o el frío se incrementa en el tallo y las raíces, pero la zona superior del tallo está igualmente expuesto a las inclemencias climatológicas, como por ejemplo, granizo, lluvias o vientos extremos.
3. Mulching:
Aplica una capa de mantillo alrededor de las plantas en tu huerto. El mulching ayuda a mantener una temperatura más estable en el suelo, evita la pérdida de humedad y actúa como aislante térmico. Utiliza materiales como paja, hojas secas o compost para crear una capa protectora alrededor de las raíces.
Similar como hemos podido ver al método de cubierta pero empleando materiales más sostenibles. El sistema de mulching es mucho más efectivo en algunos puntos respecto al de la cubierta, ya que los materiales naturales tienen mejor comportamiento en el punto de retener humedad. Sin embargo, seguimos encontrando las mismas problemáticas que en el sistema anterior, como el que el tallo sigue expuesto.
4. Riego adecuado:
Durante el invierno, ajusta tus prácticas de riego para evitar la acumulación de agua en el suelo. El exceso de humedad puede favorecer la formación de hielo y dañar las raíces de las plantas. Realiza riegos moderados y evita regar en momentos de temperaturas extremadamente bajas. Consulta la capacidad de retención de humedad del sustrato que estás empleando, y las condiciones climatológicas de la zona de siembra para saber si estás regando de forma adecuada.
5. Elección de cultivos resistentes al frío:
Opta por cultivar plantas y variedades que sean más resistentes al frío. Al elegir especies adaptadas al clima de tu zona, estarás brindando a tus cultivos una mayor capacidad de resistencia a las bajas temperaturas.
Recuerda que la combinación de estas medidas de protección contribuirá a mantener tu huerto saludable y productivo a pesar del frío invernal. Elegir un cultivo adecuado a la zona ya sean plantas ornamentales, flores o siembra hortofrutícola, es realmente importante para garantizarnos un éxito.






