Mi querida paciente Susana tiene 67 años. Desde hace aproximadamente 40 años fue diagnosticada con artritis reumatoidea y se mantiene bajo tratamiento farmacológico. Nunca había consultado con una nutricionista y recién ahora -por los medios de difusión como SextoSentido- supo de la importancia de la alimentación. Es importantísimo tener en cuenta este dato, ya que cada patología tiene la posibilidad de llevarse mejor si tenemos un estilo de vida acorde.
Esto significan 4 parámetros fundamentales: alimentación, descanso, actividad física y fortaleza mental. No significa vivir pensando o estar liberados de problemas sino la actitud ante cada situación, todo es aprendizaje en nuestra vida.
Les cuento un poquitito sobre Susana: ella es docente jubilada y ahora cuida un nietito por las mañanas. Se moviliza poco ya que tiene bastante dolor articular, muy a menudo limitantes que asegura que aumentan con la actividad. Su rutina es muy limitada, cada vez sale menos, dos o tres veces, y debo aguantar el dolor, ya que es algo crónico sin cura.
No normalicemos el malestar, el dolor. Busquemos alternativas. Respecto a la actividad física: hace ejercicios de peso con unas pesitas caseras guiada por videos. Mira la tele antes de acostarse en su cama y se despierta 2 o 3 veces de noche. Su comida más fuerte es la cena, carnes de todo tipo y pastas varias. “Rico y rápido”, agrega. Le gustan mucho los dulces y toma dos a tres vasos de agua. Va de cuerpo cada dos o tres días.
Desde el principio planteamos el tratamiento multidisciplinario: un plan alimentario, reorganizar la toma de líquidos y así planificar el sueño reparador.
Tener en cuenta que la artritis es una enfermedad autoinmune, que predispone las intolerancias, como lácteos y derivados no son convenientes. Consumir en horario las comidas variadas y ricas en verduras, organizarse en forma estricta.
La nutricionista indicará las cantidades justas de nutrientes haciendo hincapié en la dieta antiinflamatoria. Sugiero mucho el uso de psillium para ayudar a formar la materia fecal y llegar al objetivo de ir a diario de cuerpo. También consumir agua de lino, tener en la heladera el botiquín de emergencia como lo llamo, con compota o gelatina, así tengo hecho algo dulce y saludable.
Cada paciente tiene diferentes gustos que se acomodan con cada nutriente. Sugiero el uso de bisglicinato de magnesio para disminuir la tensión muscular, logrando que disminuya la presión articular y la inflamación. La cúrcuma activada con una pizca de pimienta negra. Infusiones antiinflamatorias y relajantes como diente de león. Melatonina más relajante muscular como el bisglicinato relajará el cuerpo y dará un mejor descanso.
Acostumbrarse a la cena temprana y liviana, ingerir verduras de noche, no mirar tv acostada por la posición y sobre todo relajar el cuerpo con ejercicios respiratorios.
Al levantarse estirarse y elongar: es obligación. Tomar agua con una pizca de bicarbonato y limón ayuda a alcalinizar el medio y desayunar un rato más tarde permitiendo ingerir proteínas.
Cada músculo que despertamos con amorosidad es un músculo que empieza a disminuir el dolor, este es acumulativo: comienza con las toxinas y contracturas, de ahí la importancia del descanso para relajar.
Recordemos este concepto básico: relajar los músculos es la clave para disminuir inflamación.
Disfrutar de rutinas de elongación, rutinas para comprar y preparar cosas saludables, rutinas para la ingesta de líquidos y rutina para el buen descanso permiten gozar más.
La etapa de los nietos, acompañarlos y mimarlos en el juego, las salidas, los cuidados, todo es más placentero. Un cuerpo contracturado es un cuerpo con dolor. Feliz y bendecido día.
Dra. Marcela Campias – WhatsApp: 3764413607
Av. Tambor de Tacuarí 332








