El 25 de mayo de 2020, murió a los 83 años el cuádruple femicida Ricardo Alberto Barreda en un geriátrico de la localidad bonaerense de José C. Paz.
El odontólogo -que en 1992 asesinó a sus dos hijas, su esposa y su suegra en una casona de La Plata- estaba internado desde dos meses antes en una residencia de la tercera edad, con problemas de próstata y una fase inicial del mal de Alzheimer.
El dentista pasó los últimos meses de su vida en un hospital, pero antes había vivido en una pensión de la localidad de San Martín.
Barreda fue el autor de una de las masacres familiares más impactantes de los últimos años. El domingo 15 de noviembre de 1992, en su vivienda de 48 entre 11 y 12 de la capital bonaerense, asesinó con una escopeta Víctor Sarrasqueta a su esposa Gladys Margarita Mac Donald (57), su suegra Elena Arreche (86) y sus hijas Celina (26) y Adriana (24).
El odontólogo primero negó la acusación del cuádruple crimen e intentó hacer pasar el hecho como un robo a su casa, pero finalmente confesó; y en 1995 fue condenado a reclusión perpetua por triple homicidio calificado y un homicidio simple.
Según contó él mismo en el juicio, los homicidios fueron una reacción suya a los maltratos y humillaciones que recibía de todas ellas.
“Lo siento por mi hija más chica, que fue a la que menos le di y de quien más recibí”, declaró en aquel debate oral que terminó con él en la cárcel, donde con los años se dedicó a estudiar Derecho.
En mayo de 2008 Barreda abandonó la Unidad Penal 9 de La Plata al ser beneficiado con un arresto domiciliario y se fue vivir con su nueva pareja, Berta “Pochi” André, quien murió en julio de 2015 como consecuencia del deterioro de su salud a raíz de graves problemas neurológicos.
En diciembre de ese mismo año, y luego de varias idas y vueltas judiciales, Barreda recibió la libertad condicional, mientras que en mayo de 2016 se declaró “extinguida la pena impuesta”.









