La tragedia navideña en el barrio San Cayetano de 2019 cerró ayer la etapa de producción de pruebas y solo restan los alegatos y veredicto mañana desde las 8.30. Ramón Guillermo Barboza, obrero de la construcción de oficio, está acusado de matar a puñaladas al hijo de su expareja, Alejandro Enrique Kassburg, joven de 27 años lesionado de tres estocadas en la vivienda de la calle 60, entre 111 y 113, en la chacra 110, zona oeste de esta capital.
El 24 de diciembre del año mencionado y pocos minutos antes de la Navidad, se desató una discusión dentro de la casa y Kassburg fue agredido con un arma blanca que no fue hallada, pero que le dejó una lesión determinante para desencadenar la muerte: un puntazo en el abdomen a la altura del epigastrio, por encima del ombligo y que le provocó el sangrado profuso hasta desembocar en shock hipovolémico al ingresar al Hospital Ramón Madariaga hasta donde lo llevó un hermano en su automóvil.
Durante la primera audiencia, Barboza aceptó ser indagado por los integrantes del Tribunal penal 1, los jueces Viviana Gladis Cukla, Gustavo Arnaldo Bernie y Miguel Mattos (vocal subrogante, juez de Instrucción 7) y el fiscal Vladimir Glinka (TP-2), en reemplazo de Martín Alejandro Rau de licencia durante mayo.
Rechazó la acusación de homicidio y manifestó que no recordaba con precisión lo sucedido hace poco más de cinco años, pero que las lesiones fueron reacciones cuando el hijo de su pareja se le abalanzó para agredirlo en medio de una discusión.
Su exconcubina, Clara, también declaró en el inicio del juicio, pero solicitó hacerlo sin que el encartado estuviera presente en la misma sala: “Si lo veo, lo mato”, resumió su sensación.
La madre de la víctima relató que no vio el momento preciso del ataque pero que vio cómo su hijo se desangraba entre gritos mientras que el agresor huía de la escena.
Ayer fueron cinco los testigos, dos hermanas del acusado que no pudieron precisar nada objetivo sobre el hecho, dos policías que participaron en la aprehensión de Barboza pocas horas después del ataque y un médico legista.
El galeno, Rubén Raúl Juárez, fue quien firmó el certificado que ratificó la muerte por la lesión mencionada, pero también registraba dos heridas más, una en el cuello y las restantes en las muñecas que coincidirían con la acción de defensa que intento Kassburg a las estocadas de Barboza.
Nochebuena violenta
De acuerdo a la elevación del expediente realizada por el juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, se resume que el ataque se originó cuando la comida navideña elaborada por las manos de la madre de Alejandro Kassburg estaba servida en la mesa. En ese momento se desató la discusión y ya nadie pudo frenar a los protagonistas. Los insultos afloraron hasta llegar al mismo límite de exceso de alcohol previo. Hubo golpes y amenazas. Y fue el hombre de mayor edad quien habría cruzado de la advertencia e improperios a la acción con arma blanca.
Tomó un cuchillo de la mesa y le propinó tres estocadas que le perforaron el abdomen y destrozó la aorta, el hígado y le dejó dos heridas más en una pierna y en las muñecas, indicio que apunta al intento por defenderse.
A las 22.50 el alerta del centro integral de operaciones 911 alcanzó a dos comisarías, la Decimosegunda y Sexta. Las patrullas arribaron al lugar y se toparon con el escenario: rastros de sangre hasta en la vereda y gritos pidiendo que atrapen al sospechoso.
Mientras esto ocurría un primo de Alejandro Kassburg lo subió a su automóvil y lo trasladó al Hospital Ramón Madariaga. Sobrevivió hasta las 2.30. Su victimario fue atrapado en la esquina de calles 109 y 42 en la misma zona oeste.





