El juicio a cuatro agentes aduaneros detenidos en octubre de 2017 en Posadas acusados de liberar a vehículos con mercadería proveniente de Encarnación sin ser controlados en el puente internacional San Roque González, se inició ayer con la lectura de los requerimientos de elevación a debate.
“Todavía no empezó la pelea”, dijo uno de los abogados participantes de la primera audiencia ya que la defensa solicitó al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas que la lectura de las acusaciones y hechos sea completa, lo que obligó a suspender la jornada tras cuatro horas de los detalles del fiscal de primera instancia Diego Stehr, de la jueza María Verónica Skanata y del requerimiento de la Querella que encabeza Rossana Sienra, por ARCA (exAFIP).
Para el próximo lunes a las 8.30 se fijó la nueva audiencia para culminar la lectura y escuchar a los encartados: Orlando Ariel Alfonso (56), Francisco Antonio Llorente (64), René Lorenzo Juárez (68) y Bernardino Castor Esquivel (51), los cuatro detenidos el 10 de octubre de 2017 como presuntos integrantes de una organización que facilitaba el contrabando de mercaderías en la cabecera argentina del puente Posadas-Encarnación.

Los funcionarios públicos fueron aprehendidos tras casi un año de investigaciones con escuchas telefónicas, entre otros recursos, por orden de la jueza Skanata. Se los acusa de formar parte de una estructura montada para cometer delitos en la denominada “zona primaria aduanera” con la complicidad de “paseros” y miembros de fuerzas de seguridad, de acuerdo a informes, documentaciones, escuchas telefónicas y mensajes de textos incluidos como material probatorio y que en un primer momento de la pesquisa involucraron como sospechosos a una docena de aduaneros.
Ayer entre estos detalles de la presunta “asociación ilícita coordinada para el contrabando de mercaderías”, se escucharon durante la lectura frases extraídas de las escuchas: “Juego en la cancha 3 avisale y que traiga la tricota”, en referencia al número de carril de control por el que los paseros debían dirigirse para no ser descubiertos con el contrabando cargado en los automóviles. Por “tricota” se repetía a que (en 2016) solicitaban tres mil pesos por “pase”.
En otro fragmento se citó a un presunto pasero preguntar: “¿Vecino, hay partido hoy?”, y la respuesta: “Hay sí, tranquilo están todos los jugadores pero hay que venir con galletitas Duquesa”. Se interpretó como: “Estamos todos los aduaneros y hay que pagar dos mil pesos”.
La organización operó en el puente Posadas-Encarnación y sus integrantes fueron encartados por los delitos de “asociación ilícita en concurso ideal con los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y cohecho”, en calidad de coautores.





