La caminata puede ser una herramienta muy útil para conectar con nuestro cuerpo. Solo necesitamos zapatillas y tiempo para hacer.
Al salir a caminar podés conectar con tu cuerpo, solo sintiendo como apoyás los pies al caminar. Animate y hacé la prueba. Cuántas veces nos sucede que vamos caminando a algún lugar y no sabemos cómo llegamos. Vivimos en automático, sin pensar, así, sin detenernos a reflexionar se nos pasa la vida.
Observá cómo en el día a día, cuando vas hacia algún lugar, llegás y empezás a pensar lo próximo que tenés que hacer, te vas cargando de ansiedad y estrés.
Al sentir los pies y tomar contacto con el suelo esto automáticamente nos saca del ruido mental y nos lleva a sentir el cuerpo. Con esta actividad, tu mente va a descansar y ahí podés ir observando los pensamientos y emociones que están dando vueltas en tu cabeza como enojos, tristeza, alegría o miedo.
En el tiempo que camines podés ir sintiendo el apoyo de tus pies y a la vez registrar la respiración, si sentís calor, o frío, comodidad o incomodidad, si hay ruidos y te molestan o no. Cuando camines solo sentí tu cuerpo en ese momento. Date cuenta que lo que hacemos normalmente es pensar durante la actividad física en vez de prestarle atención al cuerpo. Cuando te des cuenta que estás pensando volvé a sentir tu cuerpo y buscá ir relajándote.
Es una forma sencilla para ir practicando sentir el cuerpo y las emociones tomando conciencia del momento presente. Podés usar este ejercicio de conciencia plena y aplicar en tu vida diaria. Cuando estés lavando algo sentí cómo corre el agua en tus manos, lo mismo cuando te des una ducha. Automáticamente la mente se calma, o empezás a sentir lo que realmente te está pasando.
Esto nos ayuda a liberamos del apuro y hace que centremos la atención en ese momento que es el único que tenemos. No es necesario tomar clases para aprender esto, pero hay que practicar diariamente. Podés ir ejercitando a cada momento con la tarea que estés haciendo. Te invito a probar, vas a ver cómo tu mente se tranquiliza. Te irás dando cuenta qué poco necesitamos en realidad para estar en paz.
Aprender a sentir nuestro cuerpo es una forma de conocernos, así podremos sentir qué necesitamos para estar completos, tranquilos, con paz y si no es así ver qué cambios hay que hacer. Bendiciones
Prof. Paula Vogel
Gimnasia para el Alma.
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