Al no tener control de tu mente, no sabes lo que va a pasar. Entonces, ¿qué pasa? Que se presenta ante ti ese gran enemigo que es la duda y puede ser tan grande que anula tu poder.
Lo hace paralizando todo lo que ya estaba por venir a tu vida, sin embargo, esto también es perfección, porque no dependes de otros para crear tu realidad. El éxito de un proyecto solo depende de ti.
Debes cuidar que tus proyectos no se vean afectados por la influencia que otros ejercen en ti, porque a veces la duda aparece en forma de consejos y sugerencias. ¿Sabes cuántos consejos de otros recibo cuando me decido a emprender algo? ¿Y sabes cuántos de esos consejos escucho? Si hiciera caso a todas esas voces, la duda, se plantaría con toda su potencia delante de mí.
La mayoría de los que observan tu proyecto te quieren muchísimo, y creen que sus opiniones son de gran ayuda. No saben que están detonando en ti el miedo al futuro.
Ahora puedes entender por qué digo que debes mantenerte en silencio con respecto a tus metas y proyectos. No obstante, a veces hay que hacer movimientos a la vista de todos. Todos los observan, y entonces empiezan a advertirte de los riesgos. Ante esto, sostente firme y no dejes que los miedos de otros detonen tus propios miedos, y con ellos, la duda.
Cuando decides iniciar un proyecto, la dinámica atómica se pone en movimiento. Nunca falla, pero precisamente es la duda lo que puede detener la manifestación de eso que ya estaba viniendo. Cuando aparecen los miedos, la percepción que tienes del tiempo también se convierte en un enemigo capaz de destruir tu certeza.
Puede provocar que tus emociones fluctúan violentamente, bajando tu frecuencia vibracional y socavando tu confianza. Y al ver que tu plan no se concreta, puedes llegar a perder completamente la confianza. Eso es algo que nunca debe suceder.
Muchas veces, cuando inicias un proceso creativo, ves los primeros resultados y dices: “¡Wow, todo está fluyendo de maravilla!”. Aparecen las personas y aparecen las soluciones. Empiezas un proyecto y muy pronto lo empiezas a manifestar. Pero de un momento a otro, todo se detiene.
Un contrato que estaba por firmarse se cae, o surgen mil barreras burocráticas que retrasan algo que estaba por arrancar. Conozco personas que desean jubilarse hace 10 años y no lo han logrado al faltarles un trámite o un documento. ¿Por qué ocurre eso? ¿Quién es el enemigo a vencer, la burocracia o tú?
Al haber dejado que el miedo al futuro fuera parte de tu proceso creativo, todo se detiene. Cuando el miedo entra, se bloquean todos los caminos de la manifestación. De ti depende abrirlos de par en par, y la certeza es la llave maestra.