Felices y expectantes transitan este tiempo los dos primeros ingenieros en computación egresados recientemente de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNaM, con sede en Oberá. Se trata de Héctor De Sosa (23), oriundo de la localidad de 25 de Mayo, y de Sandro Zakowicz (23), de Cerro Azul, quienes formaron un equipo para el desarrollo de una aplicación móvil para el Proyecto Final Integrador. Para ello, utilizaron conocimientos de asignaturas como: inteligencia computacional, procesamiento digital de señales, programación, ingeniería de software y gestión de proyectos, entre otras. De Sosa manifestó que aspira a trabajar en alguna empresa de la zona y que, a diferencia de la mayoría que opta por mudarse de provincia o país, prefiere quedarse para “devolver a Misiones un poco de lo que aprendí, porque acá hay mucho por hacer”.
Al referirse al proceso de elección de la carrera confió que, como le gustaba matemática, “quería ser contador público. Empecé a averiguar, pero como mi familia no tenía posibilidades de pagar, seguí buscando alternativas. En una de las charlas, mis abuelos Ramona y Alfredo me aconsejaron que además de la matemática, la computación era lo que se venía. Decidí por ingeniería en computación y hoy celebro haber llegado al final”, señaló. Mientras cursaba la carrera el abuelo falleció. “Fue un momento difícil porque me había orientado, apoyado, pero estoy contento porque supe aprovechar esa posibilidad porque soy uno de los primeros en terminar el secundario y el primer graduado universitario de la familia. Los veía sufrir al ganarse la vida trabajando en la agricultura. Ver lo que hacían me motivó a estudiar”, agregó.

Contó que el cursillo de ingreso fue de manera presencial y que, a una semana de las clases, se inició la pandemia. “Volví a casa de mis padres y tuve que adaptarme a la virtualidad, estar pendiente de cada clase de consulta, de teoría. En casa no había conectividad por lo que iba a la casa de un tío y me conectaba para poder estar en clase.
No tenía una buena computadora y ese primer año sufrí porque la máquina no reunía las condiciones para programar, que era algo fundamental para el momento”, contó. A la clase presencial volvió durante el segundo cuatrimestre de segundo año.
Expresó que, al tercer o cuarto año de la carrera, hay posibilidades de trabajar en empresas y que abundan las ofertas laborales. “En mi caso intenté frenar esa instancia para poder terminar la carrera. Ahora estoy viendo algunas posibilidades para poder empezar en enero. Es una profesión en la que es necesario estar actualizado todo el tiempo, leyendo, tomando la información disponible”.
Aseguró que “me sentí muy cómodo porque los docentes tienen mucha predisposición para ayudarte, para contestar consultas, dispuestos a ceder espacios para trabajar en los laboratorios. Te motivan y te hacen crecer. Estoy muy feliz de poder haber terminado esta etapa. Estoy agradecido a mi familia, a la Facultad de Ingeniería, al Departamento de Computación, por la predisposición puesta de manifiesto para que llegáramos hasta el final”.
Sandro Zakowicz egresó de la EFA Santa Teresita, de Leandro N. Alem. Admitió que “me interesaba algo de ingeniería, así que me inscribí a la ingeniería electrónica, pero me cambié a computación, ya que también tenía cierta inclinación por la informática. Como ingeniería en computación es la unión de la electrónica con informática, me sentía cómodo en ese lugar”.

Tras unos días de descanso, tiene en mente “trabajar en alguna empresa para ganar experiencia, para conocer un poco más de los aspectos técnicos, algo más específico. Me interesan las áreas de desarrollo de aplicaciones, sistemas embebidos, inteligencia artificial. Para mí es una gran alegría haber cumplido con este ciclo y un honor poder representar a la Facultad de Ingeniería en lo que es este logro, también para mi familia -padres: Héctor Zakowicz y Sandra Maruñak, y hermanos: Osvaldo, Leila y Santiago- es algo muy bueno. Me alegro de poder ser un profesional y aportar algo a la provincia, al país”, celebró.
Desde su experiencia, entiende que la Facultad de Ingeniería “tiene un excelente nivel de docentes, profesionales de varias ingenierías, y la oferta educativa es de muy alta calidad. En el ambiente, pude conocer a muchas personas de Misiones y de otras provincias. Se puede compartir muchas experiencias, muchos puntos de vista. Hay algunos que apenas aprenden algo ya lo quieren aplicar en algún emprendimiento, en alguna empresa. Siempre hay mucho que aprender tanto a nivel profesional como personal”.
Explicó que “hay materias de todo tipo. Como es una carrera muy abarcativa, se empieza con el ciclo básico de muchas materias matemáticas. Tenemos cálculo, álgebra y esa es la etapa en la que se aprecia la perseverancia y la organización. Luego empiezan las materias que son más técnicas, más integradoras y también más entretenidas, más apasionantes para estudiar. El que elige esta carrera tiene que amigarse con las matemáticas, en mi caso lo logré gracias a la dedicación”.
La Facultad “nos brinda herramientas y nos permite formar un criterio para poder seleccionar herramientas y tecnologías para resolver problemas. No es que nos da una receta para cada cosa, por lo tanto, podemos ser flexibles en cuanto a lo que queremos especializarnos y en cómo resolver algún problema”, sostuvo.









