La paralización de actividades impulsada por los productores yerbateros, sumada a los rumores de eliminación de la estampilla que regula la comercialización de la yerba mate, han generado preocupación tanto en los trabajadores rurales como en los pequeños productores. Si bien, los tareferos apoyan la medida tomada por los productores, desde el sector aseguran que no todos podrían soportar el paro de la cosecha.
Al respecto, el secretario general de la UATRE Misiones, Carmelo Rojas, dio a conocer la situación que atraviesan los tareferos y cosecheros a raíz de este paro de la actividad durante la zafra de verano. “La situación de desesperación de los trabajadores es lo que más se siente y se nota”, afirmó en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones y Canal 9 Norte Misionero.
Rojas agregó que, como la actividad yerbatera representa el sustento de miles de personas, cualquier interrupción afecta no solo a quienes trabajan directamente en la cosecha, sino también a los pequeños productores que no encuentran otra fuente de ingresos.
El dirigente explicó además que, aunque no todos los trabajadores rurales están afectados de igual manera, aquellos con cargas familiares numerosas enfrentan mayores dificultades. “Lo que quieren es trabajar, en lo que sea”, sostuvo.
En este sentido, Rojas destacó que actividades como la construcción o empleos temporales no logran absorber a los trabajadores desplazados. Esto ha llevado a un fenómeno preocupante, como lo es la migración de tareferos hacia Brasil u otras provincias en busca de oportunidades.
Aunque muchos regresan debido a lazos familiares, un porcentaje significativo se establece fuera de Misiones, dejando un vacío laboral y social en la región.
Eliminar la estampilla
La posible eliminación de la estampilla, instrumento clave para el financiamiento del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), es otra preocupación que agrava el panorama.
Este mecanismo, gestionado por el INYM asegura la trazabilidad del producto y facilita el cumplimiento del convenio de corresponsabilidad gremial, que garantiza aportes jubilatorios y beneficios sociales para los trabajadores rurales.
Rojas alertó sobre el riesgo de volver a la precarización laboral que predominaba en el sector a principios de los años 2000, cuando la mayoría de los trabajadores estaban en negro y carecían de derechos básicos. “Si cae eso, corremos el riesgo de volver a la precarización de allá del 2001, donde la gran mayoría de los trabajadores trabajaba sin ningún tipo de beneficio social”, advirtió.
El dirigente también señaló que la estampilla ha sido fundamental para mejorar la calidad de vida de los trabajadores durante los últimos años. Aunque no todos los empleadores cumplen con las normativas, Rojas destacó que la mayoría de los tareferos han estado “blanqueados” y con aportes correspondientes, lo que les brinda mayor seguridad social y perspectivas para el futuro.
Un precio justo para la yerba
El conflicto yerbatero tiene sus raíces en la falta de regulación de los precios de la materia prima. Según Rojas, esta desregulación ha dejado a los pequeños productores y trabajadores a merced de las grandes industrias, que imponen precios bajos en el mercado.
“La actividad yerbatera está desregulada y mientras siga así no le veo un futuro mejor al que tenemos”, afirmó. Para el secretario general de UATRE, la solución pasa por establecer un precio mínimo obligatorio que garantice márgenes justos para los productores y permita condiciones laborales dignas para los trabajadores.
En este contexto, el rol del INYM es crucial. Sin embargo, la falta de un presidente al frente del organismo ha dificultado la toma de decisiones y la implementación de medidas que beneficien a la cadena productiva. “Así como está, está muy complicado. No le veo mucha salida a menos que se busque otra norma que permita mantener un precio mínimo”, opinó.
El estancamiento en la actividad yerbatera no solo afecta a los trabajadores y productores, sino también a las comunidades rurales que dependen de este sector.
La incertidumbre económica generó situaciones de extrema necesidad, como el regreso de tareferos a las ciudades para pedir ayuda en los espacios públicos, una imagen que Rojas teme que vuelva a repetirse si no se toman medidas urgentes. “La situación es difícil, y sabemos que cuando hay desesperación y no hay otra alternativa, sin duda eso puede ocurrir”, señaló, haciendo referencia a escenas de crisis social que marcaron períodos anteriores.
Además, el dirigente criticó las declaraciones de figuras nacionales que proponen eliminar la estampilla, calificándolas como desconectadas de la realidad del sector. “No sé si es por desconocimiento o porque no les importa el padecimiento de los trabajadores y productores. Los precios en góndola no han cambiado, pero quienes están perdiendo son los de abajo”, expresó.
Para el líder sindical, la solución no es eliminar herramientas de regulación, sino fortalecerlas y garantizar su correcta implementación. La falta de regulación en las economías regionales, aseguró, beneficia únicamente a las grandes industrias, mientras los pequeños productores y trabajadores quedan desprotegidos.
“La herramienta del INYM, tanto la corresponsabilidad gremial como la fijación de precio, ha sido fundamental. Si se pierden, no sé cómo van a hacer estos trabajadores para jubilarse o vivir su vejez”, afirmó Rojas. El futuro del sector yerbatero depende de decisiones políticas que reconozcan la importancia de equilibrar los intereses de todos los actores involucrados.
Yerbateros continúan con los cortes de ruta en diferentes municipios
Con la consigna de no cosechar, yerbateros de diferentes municipios del Alto Uruguay volvieron a cortar las rutas misioneras. En San Pedro continúan con la medida de fuerza, mientras esperan la visita del ministro del Agro y la Producción, Facundo López Sartori, o de algún otro funcionario provincial.
Los productores sampedrinos fueron los primeros en salir a la ruta, la semana pasada, pero levantaron el corte el jueves, tras el compromiso del ministro Facundo López Sartori, quien prometió acercarse a dialogar con los manifestantes.
No obstante, debido a que el titular de la cartera agraria no cumplió su compromiso, los colonos volvieron a la ruta, mientras evalúan si continúan con la medida de fuerza hasta el fin de semana o si se trasladarán, definitivamente, a la capital provincial. “No lo decidimos aún, pero la propuesta de ir a acampar a la plaza 9 de Julio está siendo considerada”, explicó a este Diario el productor Oscar Sequeira, quien participó activamente todos los días que duró la manifestación.
Más productores, mismo reclamo
En la mañana del miércoles, yerbateros de los municipios de San Vicente también salieron a la ruta, para apoyar la propuesta, desde su lugar.
De la misma manera, productores de Salto Encantado y 25 de Mayo se reunieron durante la mañana, también del miércoles, y decidieron cortar la ruta nacional 14, en la intersección con la ruta provincial 9.
También, alrededor de las 16.30 horas, yerbateros de 9 de Julio, Santiago de Liniers, Eldorado y otras localidades del norte la provincia interrumpieron el tránsito en la ruta nacional 12 a la altura de Colonia Mado.