Luis Ezequiel Soto de 22 años y Ulises Gabriel Benítez de 21 fueron hallados culpables ayer por el Tribunal Penal 2 de la Primera Circunscripción Judicial por el robo e intento de quitarle la vida a Carlos Batista, obrero de la construcción y changarín múltiple de 61 años al que atacaron en su vivienda del barrio Aeroclub entre la noche del 23 y madrugada del lunes 24 de agosto de 2021 para quitarle el dinero de sus últimas changas.
Los jueces César Antonio Yaya, Gregorio Augusto Busse y Carlos Jorge Giménez, determinaron que Soto cumpla diez años y seis meses bajo prisión efectiva como autor de los delitos de “robo calificado por el uso de arma y tentativa de homicidio simple”.
Es decir, lo hallaron culpable de robarle e intentar matarlo luego de golpearlo y atarlo semidesnudo boca abajo, para luego rociarle alcohol y prenderle fuego, causándole quemaduras en el 65 por ciento del cuerpo.
Respecto a la responsabilidad de Ulises Benítez, lo declararon culpable como autor de “robo calificado” a la pena de seis años de prisión efectiva.
El veredicto se leyó a las 12.40 en la sala de audiencias de la calle San Martín y luego de cuatro audiencias de juicio oral, que se necesitaron de tres semanas por el imponderable del cuadro de dengue que afectó a la defensora de Benítez, María Alejandra Rotela, y que obligó a un cuarto intermedio de siete días.
Glinka abrió ayer la jornada de alegatos a partir de la pelea que Batista mantuvo en plena calle con un vecino horas antes que lo atacaran para robarle e intentar matarlo con fuego. Se trenzó con violencia frente a la vivienda de Hugo Alderete, kiosquero y albañil a quien Batista le recriminó las versiones sobre su orientación sexual que corrían por el barrio.
Alderete no solo negó la acusación de difamador sino también, decidió dirimir el contrapunto en la calle donde Batista se defendió con un machete y le provocó una herida en la cabeza.
Esto ocurrió durante la tarde y ya cerca de la medianoche del domingo 23 de agosto, en la vivienda de Batista la ronda de tragos, que el dueño de casa solventó con sus ahorros, se desató el pico de violencia cuando la víctima fue reducida y atada boca abajo y en calzoncillos y prendida fuego, mientras le robaban su dinero y elementos de valor, un televisor entre ellos.
Se ratificó en el debate que fue el tío de Benítez el que le entregó lo robado a la policía al día siguiente.
“Batista sufrió de dolor, no aguantaba más, se desató y con el cuerpo quemado fue hasta la casa de (Javier) Noguera, a pedir ayuda, no podía más, tenía la espalda y los glúteos con lesiones. El 65 por ciento del cuerpo sufrió el fuego”.
Glinka remarcó que la rueda de reconocimiento a los detenidos Soto y Benítez, estuvo “mal hecha y violó el principio de defensa porque fueron puestos los sospechosos junto a otros dos jóvenes. Esto limita, no sirve para involucrar pero tampoco para liberar”.
“Benítez involucró a Soto y dijo que tenía una lima en la mano como arma” cuando atacaron a Batista y que fue Soto quien le prendió fuego, mientras él “aprovechó” para robar.
Soto fue detenido varios días después del crimen porque volvió a la casa de Batista a intentar intrusarla con otras personas.
Cuando lo llevaron al destacamento del barrio San Isidro, mintió su identidad. “Dijo que se llamaba José Luis Méndez pero lo alojaron en la celda donde se encontró con Benítez y se pelearon. Benítez le reclamó haberlo abandonado y que se llevó el dinero de Batista”.
“Soto traicionó a su copiloto Benítez, se gastó toda la plata y esto motivó a Benítez a reconocer lo que robó y se recuperó de la casa de su tío”, agregó el fiscal antes de solicitar seis años de prisión efectiva por robo calificado para este joven y para Soto 16 años de cárcel por la tentativa de homicidio con ensañamiento y robo”.
“Aprovechó y robó, no atacó”
La defensa de Batista apuntó a que “aprovechó la oportunidad para robar, no atacó a Batista” y tampoco este lo habría visto hacerlo. “No hubo un plan para robarle y si Benítez no admitía que robó, Batista no se habría enterado”. Rotela solicitó dos años de prisión.
Miguel Ángel Varela, defensor oficial 4, sostuvo que Soto no participó del robo y menos del ataque con fuego.
“Soto fue a pedirle dinero a Batista, pero se produjo la pelea en la calle (con Alderete) y se fue a su casa, desistió de solicitarle plata prestada”. Insistió en que le correspondía la absolución de las acusaciones.
Soto en tanto, dio sus últimas palabras previas al veredicto: “No participé del robo, compartí la tarde con bebidas en la casa de Batista, pero no estuve cuando le robaron”.
