Una vez más, de la mano de la dirigencia política, un nuevo frente de tormenta se cierne sobre los argentinos. Así como sucedió durante los últimos gobiernos en los que brotaron intensas y viscerales internas, la aún flamante administración de Javier Milei exhibe una que promete añadir más crisis a la sociedad.
Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa -en el pasado reciente-, protagonizaron una pelea que derivó en debacle económica para los argentinos. Hoy el presidente Milei y su vice Victoria Villarruel se ven en un ida y vuelta con fuertes implicancias políticas y sutiles intervenciones del expresidente Mauricio Macri.
Paradójicamente, uno de los primeros en advertirle al mandatario que esto iba a ocurrir fue el dirigente social y abogado Juan Grabois, quien en enero pasado soltó: “Lo quiere voltear, y está clarito, es Victoria Villarruel, junto a Mauricio Macri. Están preparando el golpe. Se los digo a los votantes de Milei. Lo van a ir viendo”.
Lejos de afirmarse que ello pueda ocurrir, es curioso observar cómo quienes se inmiscuyen en el poder y están en las antípodas, tal el caso de Milei y Grabois, son capaces de ver meses antes una traición y advertirse de ello.
O quizás la cíclica mala praxis dirigencial es tan evidente que solo hay que ver como se repite y sufrir las consecuencias.