Culminó el mes de enero y las esperanzas que tenían algunas localidades fronterizas de la provincia, que aumente el caudal de turistas rumbo a las playas de Brasil y generen un mayor movimiento comercial, hasta ahora no ocurrió, se mantuvo en un porcentaje muy lejano, incluso en los recambios de quincena.
Además, con las medidas económicas adoptadas por el Gobierno nacional, que frenaron la llegada de compradores brasileños, el panorama se agravó para los comercios de San Pedro y Bernardo de Irigoyen, donde estiman que podrían cerrar hasta el 50% de los mismos ante la paralización que se observa en diferentes sectores de la economía.
El intendente de Bernardo de Irigoyen, Edgardo Aquino, señaló a PRIMERA EDICIÓN que “esperábamos que pueda cambiar la situación en el cruce fronterizo de los turistas rumbo a las playas de Brasil durante enero, que aumente la cantidad de autos y gente que nos permita reactivar nuestro alicaído comercio local, pero ello no ocurrió”.
Aquino detalló que “solamente algunos días puntuales cruzan más autos pero sin comparación con años anteriores y eso, más las medidas económicas implementadas por el Gobierno nacional, hacen que tampoco regresen los compradores brasileños, al contrario, cada vez son más nuestros vecinos que van a buscar mercadería del otro lado”.
El intendente se mostró muy preocupado con el panorama que se presenta, “porque así no hay comercio que aguante y van a seguir cerrándose. Hay vecinos de acá que se están yendo a trabajar a Brasil, incluso ahora le estoy dando la baja a unos empleados municipales que ya consiguieron empleo allá porque les conviene, por la diferencia con el real, de lo que les pagarán comparado con lo que ganan acá”.
Similitudes
También el alcalde de San Pedro describió un panorama similar, aunque resaltó como positivo el movimiento del Paso Rosales, que une esa localidad con Paríso (Santa Catarina, Brasil), “los fines de semana pasan unas 2.000 personas, está movido y es bueno porque mantiene vigente ese paso fronterizo que se abre para la temporada de verano, para los turistas porque si no hubiera nada de nada serían más difícil las gestiones siguientes con las autoridades brasileñas”, manifestó.
Agregó que “no se hacen filas tan extensas pero cumple con su función. Eso trae un poco de movimiento en los surtidores de las estaciones de servicios locales y en los comedores durante el día”.
Sin embargo no pudo ocultar su malestar por la dura realidad económica de San Pedro y dijo que “la situación del comercio aquí está re-complicada. Ya muchos negocios están cerrando porque no pueden reponer la mercadería, tenemos un té con sus problemas, los madereros y la yerba que están parados y el tabaco a cuentagotas, lo que frena toda la actividad”.
Destacó que “hoy no están trabajando todos los secaderos y ellos por semana movían más de 400 millones de pesos que entraba al pueblo y deja de haber ese circulante. Entonces el comerciante que tenía una deuda para pagar, que estaba esperando que se mueva más cerca de fin de mes, en este caso agarró este parate. La verdad que es muy delicada la situación”.
Las proyecciones tampoco son alentadoras para San Pedro, según Dos Santos, “entre enero y lo que ya se va notando en este inicio de febrero, calculo que el 50% de los negocios chicos que estaban en los barrios ya cerraron. Un comercio hoy mueve solo el 50% en comparación a noviembre o diciembre último. Los brasileños ya no vienen más y eso también complica más. Ahora hay muchas cosas que se están trayendo de Brasil y tememos que con una nueva suba de este lado van a ir a buscar más cosas allá (a Brasil) y es ahí donde nuestro comercio local se iría al tacho. Con la suba de combustible, hoy prácticamente hay una paralización en las calles. Y también desespera un poco el tema de la inseguridad, porque si seguimos así habrá cada vez más problemas de robos. Acá salió mucha gente que estaba esperando la tarefa y se fueron a las cosechas en Brasil, desesperados en búsqueda de trabajo. La situación es crítica, total”.