Al parecer, lo que fue presentado como un compendio de normas que venía a cambiarle drásticamente la vida a todos, terminará siendo una iniciativa ultrarreformulada que modificará algunos aspectos de la existencia de los argentinos, pero no del modo en que fue pensado, sino por los altos económicos que va dejando en el camino para la sociedad.
La ya famosa Ley Ómnibus avanza en la Cámara Baja, pero solo a fuerza de cambios por las negociaciones con la denominada oposición “dialoguista” (PRO y Hacemos Coalición Federal) y los gobernadores.
Finalmente, el Poder Ejecutivo cedió su ímpetu frente a la consuetudinaria negociación política que exige su práctica en Argentina.
Lo preocupante, en todo caso, es que para llegar a esta instancia debimos pasar por fenomenales devaluaciones y por procesos inflacionarios extraordinarios de los que aún no nos libramos.
Todo sigue igual, entonces… pero más caro.





