Enumerar los múltiples problemas que marcaron el año que queda atrás sería redundante. Casi no existe argentino o residente en el país que no haya sufrido alguno de los múltiples males que se reprodujeron durante todos los meses de 2023.
Seguramente será más constructivo ir por todo aquello que nos llevó a terminar un año que, de a ratos, parecía estar roto de antemano. Y es nuevamente en la sociedad donde se pueden identificar los elementos que la mantuvieron abroquelada.
La solidaridad, la empatía y la contención de unos con otros fue lo que nos permitió llegar al final de un período desafiante. Y no es menor, teniendo por delante otro año abrumador.
Quienes hoy asumieron con la promesa de cambiar el paradigma nos piden “aguantar unos meses más” hasta que se disipen los frentes de tormenta que trae consigo la macroeconomía.
Pero será tarea de ellos velar por la contención de una sociedad que se mantiene en pie por sus propios componentes, más que por las medidas de quienes administraron y administran la larga crisis.