Con las primeras luces intermitentes que con sus colores indican el comienzo de la época navideña, muchas personas empiezan a experimentar ciertas molestias, desazón y una incomodidad con una época que a lo único que los convoca es a cerrar la puerta y a esperar que pasen los días festivos. Especialistas llaman a esta condición como el “síndrome navideño o del villancico”.
Las causas no están claras. Pero el psiquiatra Rodrigo Córdoba, director del departamento de Psiquiatría de la Universidad del Rosario, manifiesta que se trata de un fenómeno somático emocional en el que la evocación de situaciones y la convergencia de elementos que reviven ciertas sensaciones que despiertan no solamente desánimo en algunas personas: también dolores, gastritis e, incluso, predisposición a infecciones y a otras alteraciones.
Aquí también influye -según la psiquiatra Olga Albornoz- esa tendencia a hacer balances y a comparar resultados que no siempre son positivos, algo que en personas susceptibles puede derivarse en depresión y aislamiento.
Como es natural, es más fácil que este síndrome aparezca cuando hay carencias, desplazamiento, quiebras o balances de propósitos no cumplidos.
¿Qué hacer?
Lo primero que recomiendan los expertos es reconocer que existe un problema y no la manifestación de una excentricidad. Hay que identificar las causas, y en caso de que se encuentren o que al menos se infieran, hay que buscar ayuda profesional.
Aunque el asunto no se arregla con palmadas en la espalda, vale la pena tratar de mantener el pensamiento ocupado, evitar las comparaciones y tener la certeza de que cada individuo es único.
Tratar de compartir esta época con las personas más cercanas, sin reproches ni condiciones, es un buen paso. Proponga acuerdos.
Es una buena época para eliminar diferencias y disgustos con familiares o amigos cercanos.
Buscar hacer foco en aquello que tenemos, no en lo que nos falta.
La Navidad puede ser una época donde se exacerban algunos sentimientos, que nos acompañan siempre.
Poder conectar con las personas y situaciones que nos hacen felices, es un trabajito personal de cada uno de nosotros.
Transformar el dolor de algunas ausencias, en nuevas maneras de seguir estando.
No hace falta nada material, solo poder conectar con el nacimiento de nuestros buenos sentimientos, del amor y la paz que deseamos para nosotros y nuestra familia.
Por Luciana Amado Siry
Espacio Wellness
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