En los últimos meses, la imagen de una taza de baño con cabeza se ha vuelto famosa, pero ¿qué significa?¿Es malo para los niños?
Este 2023 el público infantil fue cautivado por un personaje peculiar llamado “Skibidi toilet”, una taza del baño con una cara que canta una canción. Surgió de la mente de un creador de contenido en YouTube, cuyo canal es “DaFuq!?Boom!” y se trata de una serie animada creada con el programa Source Film Maker, una herramienta que utiliza el motor Source para crear historias divertidas y como en este caso, bizarras.
En las historias donde aparece “Skibidi toilet” también hay personas en traje con televisores y cámaras de seguridad en la cabeza. Las animaciones toman prestados modelos del videojuego Garry’s Mod y muestran caras exageradas.
En la historia, los inodoros parlantes se convierten en una amenaza para la humanidad, por lo que el Gobierno inventó un ejército de hombres en traje con cámaras de seguridad en la cabeza.
Esta historia ha sido trasladada a videojuegos con nuevas historias que, creadores de contenido han usado para reunir millones de visualizaciones en sus videos.
Dada la atención que han recibido estos videos es aconsejable que los padres vigilen las actividades en línea de sus hijos para prevenir la aparición del síndrome del inodoro de Skibidi. La forma más sencilla de hacerlo es implementando controles parentales en aplicaciones como TikTok, YouTube Kids o YouTube estándar. Para mayor protección considere configurar estos controles directamente desde Google Play Store o App Store.
Las nuevas tecnologías de comunicación han penetrado fuerte en nuestra cultura y, sin lugar a dudas, ejercen una gran capacidad de atracción que afecta seriamente a los más chicos.
El problema no es la tecnología. El problema debemos buscarlo en el borramiento de los adultos (sobre todo con los más pequeños) en el quiebre de los vínculos humanos.
El problema es cuando la tecnología está siendo usada en el lugar del vínculo humano, cuando la oferta libidinal de un vínculo entre el adulto y el niño se obtura con una máquina, colocando al niño en una situación de quietud y pasivización ante una pantalla que, además, genera mutiplicidad de estímulos que exceden la posibilidad de metabolización del psiquismo infantil.
Colabora Cecilia Castillo
Lic. en Psicología
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