Alquileres, telecomunicaciones, peajes, tarifas, alimentos, combustibles y hasta prepagas… el combo de aumentos por venir se presenta agobiante para economías familiares con amplio desgaste a estas alturas del año. Mientras el armado político del Gobierno por venir sigue dando señales de tensión; y mientras que el que está por salir continúa mostrando una ausencia brutal, la macroeconomía y sus múltiples variables siguen su irresuelto sendero de descomposición llevándose todo por delante.
En el medio de la incertidumbre por versiones de reformas poco claras, por decisiones anunciadas a medias, idas y vueltas de nombres y cargos, y por contundentes adelantos de ajustes en todos los niveles, cada quien busca algún tipo de cobertura en la previa de un fin de año que promete ser memorable. Es por eso, por ejemplo, que las distorsiones de precios y costos están más dinámicas que siempre.
Comenzar a dar señales internas consistentes, incluso antes del recambio, será crucial para transitar las primeras semanas de una administración que ganó prometiendo ajuste.