A pocos días que se cumplan siete años. El sábado 19 de noviembre de 2016 los investigadores de la Unidad Regional IX en Jardín América aceleraron sus movimientos y comunicaron al juez federal José Luis Casals que el camión Volkswagen con semirremolque que vigilaban desde varios días en proximidades de un depósito de la avenida Aconcagua estaba a punto de partir cargado con estupefacientes.
La orden fue inmediata y los pesquisas dieron uno de los golpes certeros al narcotráfico que pudo destacar la Policía de Misiones.
Se descubrieron 4.889 kilogramos de marihuana prensada en una doble pared o fondo del semirremolque y fueron detenidas cuatro personas. De ellas, solo dos llegaron a una sentencia por violar la ley de drogas 23.737. Uno de ellos, Rafael Alberto Arrúa fue condenado en 2022 a seis años y dos meses de prisión por “almacenamiento y transporte de estupefacientes (artículo 5, inciso C y 11, inciso C) agravado por la intervención de tres o más personas en concurso real” y como autor “uso de documento adulterado o falso”.
El martes pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas, le otorgó la libertad condicional, 98 días después de revocarle la prisión domiciliaria a la condena señalada. Hasta el 7 de junio pasado cumplía la sentencia bajo la responsabilidad de su esposa en una vivienda de Garupá.
El beneficio le fue anulado y no se presentó al TOF hasta el 27 de junio. Cuando su abogado lo acompañó al tribunal finalizó su condición de rebeldía y fue trasladado a la prisión federal “Colonia Penal 17” de Candelaria.
En ese contexto presentó la solicitud de libertad condicional, recurrió al artículo 13 del Código Penal Argentino que indica que con las dos terceras partes del cómputo de pena cumplido corresponde ingresar al régimen de libertad condicional.
La condena de Arrúa vence el miércoles 22 de octubre de 2025, por lo que el planteo no resultaba arriesgado.
El martes 3 de octubre, hace cuatro días, el TOF de Posadas, en un fallo al que PRIMERA EDICIÓN tuvo acceso, resolvió concederle el beneficio y bajo la responsabilidad y garantía nuevamente de su pareja y en la misma dirección de Garupá.
Vale resaltar que Arrúa permaneció detenido entre noviembre de 2016 hasta el mismo mes de 2019, cuando fue excarcelado bajo caución juratoria (bajo palabra).
Entre los puntos que lo beneficiaron para morigerar su situación hoy, se destacaron en la decisión judicial los certificados médicos que lo indican como un paciente con hipertensión, diabetes y asma bronquial, además de una conducta de 8 y 5 puntos firmada por las autoridades de la cárcel de Candelaria.
Lo que no quedó aclarado, solo se remarcó un escueto informe del Juzgado de Instrucción 2 de la Primera Circunscripción Judicial de turno este mes y en el que Arrúa no contaba con una denuncia por violencia de género durante los últimos meses, es si hubo o no un incidente familiar para que le revocaran la prisión domiciliaria en junio.