Las plagas en nuestros espacios verdes son un grave problema si no se erradican a tiempo y de la manera correcta. Aunque las plagas aparecen durante la mayor parte del año, y en toda las estaciones siempre hay algún insecto presente, por más diminuto que sea, durante los meses de primavera y verano suelen ser un mayor problema para las plantas del jardín y también de la huerta.
En principio, hay que preguntarse por qué tengo plagas en mi huerta: muchos factores pueden influir en la presencia de huéspedes dañinos para nuestras plantas.
Los problemas y falencias más comunes van desde lo climático, hasta el manejo correcto de ciertos parámetros, a veces, el exceso de abono, el riego insuficiente, la humedad, la ausencia de sol, o plantas amontonadas, suelen ser algunos de los puntos que influyen en la presencia de plagas en el huerto o jardín.
Tenemos que saber que la presencia de plaga nos está indicando debilidad en el entorno, y hay que ponerse manos a la obra para acabar con este inconveniente.
Lo más probable es que rápidamente salgamos a conseguir algún pesticida químico, que actúe rápido, con eficiencia y que tampoco sea demasiado caro. Pero lo recomendable es acudir a alternativas naturales que incluso se pueden encontrar en casa, sin necesidad de realizar gastos innecesarios.
Estos son los principales remedios naturales contra plagas y enfermedades en las plantas:
Ajo
Uno de los pesticidas naturales por excelencia, para eliminar y alejar pulgones, realizando una mezcla de ajo molido en un litro de agua. Se deja reposar la mezcla durante 24 horas y luego se procede a utilizarlo con un rociador (atomizador) en las plantas, ya sea sobre las hojas, el tallo o en la tierra. Su peculiar olor alejará cualquier insecto que pueda acechar tus plantas.
Hojas de tomate
Las hojas de tomate actúan como un potente repelente de orugas, gusanos y las colonias de pulgones. Para un correcto uso, se pica un puñado de hojas de la tomatera y se agrega a medio litro de agua. Se deja reposar por una noche y se rocía las plantas desde el tallo hasta la parte superior. Dos veces a la semana sería la dosis justa.
Cáscara de huevo
La cascara de huevo molida puede actuar como un potente repelente de orugas, babosas y caracoles. Hay que picarlas en pequeñas partes puntiagudas y “regarlas” entre las plantas, sobre la tierra. No sólo actuarán como barrera para que no se acerquen estos huéspedes indeseados, sino que además son un excelente fertilizante orgánico para la tierra.
Cilantro
El cilantro es un potente remedio contra los ácaros. Hay que hervir por 10 minutos un puñado de cilantro picado, en medio litro de agua. Dejarlo reposar unas 12 horas y pasarlo a un atomizador para rociarlo sobre las plantas del jardín y la huerta.
Aceite vegetal
Una solución muy practica y eficiente es mezclar 2 tazas de aceite vegetal con media taza de jabón líquido neutro. Al agitar se logrará una mezcla blanquecina, a la que hay que sumar una taza de agua para diluir. Entonces el preparado estará listo para rociar. Este remedio natural es ideal para repeler orugas, ácaros, cochinillas, pulgones y otros huéspedes.
Caléndula o albahaca
Para ahuyentar la mosca blanca, se suele realizar un plantado de albahaca o caléndula alrededor de las demás plantas.
Leche de vaca
Para eliminar los huevos de algunos insectos, se realiza una mezcla de leche cruda de vaca con un litro de agua y media taza de harina. Se aplica con atomizador en el lugar donde los insectos depositaron los huevos.
Ortiga
Para repeler pulgones, la ortiga es un remedio casero muy práctico. Hay que mezclar un puñado de hojas de ortiga picada en un litro de agua y dejar reposar por un par de días. La solución se aplica dos veces a la semana en las plantas infectadas con pulgones.
Tabaco
Para controlar la araña roja, se desarman varios cigarrillos para obtener un puñado de tabaco, que se echa en un litro de agua. Tras dejar reposar por 24 horas, se puede rociar las plantas.
Lavanda
Se puede utilizar una solución de lavanda para repeler las colonias de hormigas de las plantas. Se pica un puñado de hojas de lavanda y se agregan a un litro de agua caliente. Se deja enfriar y reposar, antes de aplicar directamente en las plantas o sobre tierra, donde se detecten las colonias de hormigas. Se debe aplicar dos veces a la semana.