Luego del descanso de la Pachamama de agosto, un mes que fue para bendecir y entregar a la tierra ofrendas para agradecer todo lo que nos da, los abuelos nos enseñaron que septiembre es tiempo de honrar a la mujer, a la energía femenina, la fertilidad, la luna y a las aguas.
Con la llegada de la Primavera, la tierra y toda la vida renace. Tiempo de siembra. Tiempo para elegir con consciencia las semillas que vamos a ofrendar a la Madre Tierra en este nuevo tiempo. Es muy importante dedicar tiempo a meditar sobre éstas semillas, ya que de ellas va a depender nuestra próxima cosecha.
¿Cuáles son nuestras semillas?
Cada palabra, cada acción, cada paso, se convierte en semilla que se siembra en lo invisible.
Recogemos lo vivido, pero también dejamos semillas de lo que más adelante cosecharemos.
La propia vida es nuestra creación, los actos, palabras, pensamientos, experiencias… Todo ha moldeado el momento presente.
Este tiempo nos invita a ser conscientes de vivir, consciente de que nuestra vida es siembra, cosecha y semilla a la vez.
Momento para floreSer, para dar luz a nuestra semilla divina y que florezca nuestro ser más puro y divino.
Algunas prácticas que puedes hacer:
• Cortar lazos tóxicos energéticos, emocionales y dependencias con todos y todo lo que ya no suma en tu vida.
• Tomar energía de la luz de la Fuente, para ayudar al florecimiento de tu semilla divina.
• Regálate bañitos rituales en cascadas, ríos, mares o lagunas.
• Bañitos de florecimiento.
• Prepara tus propias alquimias: elixires de luna, tinturas, agüitas floridas.
• Eleva tus rezo a la Madre agua, a la madre tierra y a las diosas.
• Conecta con las propias emociones, con tus agüitas internas, con tu naturaleza cíclica, con tu luna interna y con mama quilla (luna).
• Reúnete entre mujeres, entre madres e hijas, entre hermanas, sana vínculos y teje nuevos.
• Y principalmente, dale rienda suelta al arquetipo de la doncella en ti, aquella que sueña, que ríe, que canta, que baila, que se embellece y florece como la primavera, con toda dulzura, amor y armonía.
¡Feliz floreSer!