
Un contundente triunfo 3-0 sobre Guatemala en un partido amistoso disputado en Los Ángeles el 7 de septiembre de 2018 fue el “bautismo de fuego” para la entonces “nueva” Selección Argentina, donde Lionel Scaloni debutaba como entrenador interino y que se convirtió en el germen de la “Scaloneta” que rompió en apenas un año y medio con una sequía internacional de casi tres décadas, al conquistar la Copa América 2021 y el Mundial de Qatar 2022.
Irónicamente, ese nuevo ciclo se iniciaba sin el más grande de todos, Lionel Messi (que por entonces ni siquiera había decidido su continuidad en el equipo tras el fracaso en Rusia 2018), y también sin Ángel Di María (jugador determinante para la conquista de los dos títulos mencionados en 2021 y 2022).
Finalmente la Albiceleste salió a la cancha ese día con Gerónimo Rulli, Renzo Saravia, Germán Pezzella, Ramiro Funes Mori, Nicolás Tagliafico, Leandro Paredes, Giovanni Lo Celso, Exequiel Palacios, Cristian Pavón, Giovani Simeone y Gonzalo “Pity” Martínez, quienes mostraron una buena versión en el primer tiempo y sentenciaron el duelo marcando los tres goles, obras de Martínez (de penal), Lo Celso y Simeone entre los minutos 26 y 43.
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“Estos chicos son el futuro de la Selección”, aseguró Scaloni tras el triunfo, remarcando que “lo menos importante era el debut mío. Lo más importante era el debut de muchos de los chicos”.