El rapero sampedrino Maximiliano Andrés Castellano siente que toca el cielo con las manos cada vez que recuerda su reciente encuentro con el papa Francisco, tras participar de la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de la Iglesia católica, que se realizó en Portugal, los primeros días de agosto. Desde el papado de Juan Pablo II cada cuatro años se elige un país diferente y se convoca a jóvenes de todo el mundo a participar de conferencias, festivales, conciertos, muestras deportivas, artísticas, entre otras. “Desde que estoy involucrado en la iglesia tuve deseos de ir, pero por cuestiones económicas no lo podía hacer. Cuando me enteré lo de Portugal, tenía ese deseo en mi corazón, pero por la cantidad de dinero que necesitaba para los vuelos y la estadía, se me hacía imposible. Entregué a Dios ese anhelo y rezaba mientras pensaba cómo conseguir fondos”, contó. Tres semanas antes de la JMJ habló con un sacerdote, que es su guía espiritual, y decidieron realizar un concierto presencial y vía streaming para que “quienes nos vieran, en el país como en el exterior, pudieran aportar dinero de manera colaborativa a fin de poder llegar a la JMJ”.
Mientras promocionaba el evento junto a su amigo Brian, recibió la noticia que un video, mostrando las actividades que hacían para poder viajar, llegó a manos del Papa que, a través de un sacerdote, “se comunicó para decirnos que tenía ganas que fuéramos y que nos quería ayudar”. A una semana antes del JMJ, “nos confiaron que el Santo Padre gestionó los vuelos para ambos y que el sábado 29 de julio salíamos desde Ezeiza. Era la primera vez que íbamos a Europa y no sabíamos si podríamos hablar con él”, agregó emocionado quien comenzó su historia con la música en 2016.
Castellano manifestó que “estábamos re felices, era un milagro que nos haya conocido a través de un video y nos haya pagado el vuelo. De todos modos, hicimos el concierto. Una vez finalizado, fuimos al aeropuerto para comenzar esta gran aventura. No teníamos lugar adonde quedarnos, tampoco dinero, pero Paulina, una religiosa, nos gestionó albergue en Lisboa. Fue una experiencia hermosa. Hubo casi dos millones de jóvenes de todo el mundo. Como artistas tuvimos la posibilidad de conocer a mucha gente, a muchos otros artistas, cantantes, y que nos conozcan, que nos entrevisten. Fue muy hermoso, haber cantado, disfrutado, conocido”.
Tras visitar amistades y concurrir a un retiro de músicos que se hizo en Cantabria, ambos partieron a Roma. “Nos convocaron a la Plaza del Vaticano para reunirnos con el sacerdote que nos había contactado por teléfono, pero no sabíamos que veríamos al Papa. Fue una sensación hermosa. Nos dijeron que esperáramos cerca de la Guardia Suiza”, comentó Castellano. Cuando apareció el sacerdote, “nos fue guiando por medio del Vaticano, e indicando: ‘en este sitio vive el Papa y los sacerdotes que trabajamos acá’, hasta que nos llevó a una sala y dijo que lo esperemos. Finalmente, ¡llegó el Papa! y nos quedamos solos durante casi dos horas. Fue una experiencia única y hermosa. Le agradecimos por ayudarnos con el viaje, le contamos la experiencia, lo que hicimos para venir, lo que vivimos”.
Se interesó sobre la vida de los visitantes, sobre sus familias, y sobre cómo evangelizan. “Le contamos nuestros proyectos y los desafíos que hay dentro y fuera de la iglesia. Dijo no había escuchado rap y que no se imaginaba que se podía evangelizar de esa manera”, acotó.
“Fue una alegría enorme y una gran sorpresa que Dios y él nos prepararon. Es un regalo enorme de Dios, que va a cambiar nuestra vida para siempre. No fue solamente un encuentro, sino una reunión donde estuvo dispuesto a escucharnos, a aconsejarnos, a darnos motivación. Sabemos que es algo muy positivo para nosotros como artistas que queremos evangelizar a través de lo que nos gusta hacer”, dijo el joven, que tras el JMJ recibió invitaciones para ir a cantar a México, Estados Unidos y España. “Todo lo que ocurrió representa un impulso grandísimo para nuestras carreras”, aseveró quien el año pasado lanzó el Álbum Espíritu Misionero y ahora prepara un nuevo trabajo.