A través de los años, el Dr. Gaspar Moreno fue consolidando su colección de elementos vinculados a la gesta libertadora del General José Francisco de San Martín, su comprovinciano, y cuenta actualmente con unas 300 piezas que las atesora y expone en fechas vinculadas al “Libertador”. Hace años lucha por un espacio físico para la instalación de un museo que trascienda, “pero no resulta atractiva la propuesta políticamente, no genera votos…”, afirma.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, Moreno comentó que “son 300 piezas las que tengo y es una pasión que nació en mí desde muy pequeño, desde los 10 años, más o menos cuando comencé a juntar objetos variados hasta que después me decidí directamente por la línea del General José de San Martín”.
¿Qué elementos consiguió recolectar?
Podemos encontrar originales elementos que fueron extraídos del campo de la Batalla de San Lorenzo. Hay bayonetas, puño de sable de desembarco de los españoles, ojivas que son la punta de las balas que tiraban los mosquetes, mosquetes, una lanza perteneciente al Combate de San Lorenzo. Hay una vaina de un sable de latón modelo 1.795 con aproximadamente 4 centímetros de ancho de hoja y bueno son esos los elementos más importantes.
Después tengo una parte del convento de San Carlos, que fue demolido. Llegó a mis manos una mayólica que pertenecía al convento, restos que fueron eliminados, desechados y alguien los recogió y me las trajo.
¿Generalmente les acercan esas piezas, alguna vez tuvo la posibilidad de encontrar alguna?
No, es otra gente que colabora conmigo las que las traen, inclusive mis amigos… Es así que tengo 22 maniquíes con uniformes históricos, no solamente referidos al Ejército de los Andes y al Regimiento de Granaderos a Caballo sino también uniformes de Patricios, Cazadores Correntinos y otros.
Otra de las piezas que tengo es la réplica del corvo del General San Martín, es un recuerdo de mis amigos, hecha por un orfebre muy conocido y hoy está conmigo.
Quiero aclarar que los uniformes que tengo no son originales de la época de 1817, sí el armamento, la lanza del Combate de San Lorenzo que llegó a mí por casualidad, porque alguien la vio y tenía el contacto de una persona de casi 90 años, que era el dueño de la lanza y venía en su familia desde 1813 a la fecha.
¿Alguna vez desde el Estado o el Gobierno, le propusieron ampliar su museo propio para que se valore y se conozca aún más?
Lamentablemente no. Miren que yo hago exposiciones todos los años en los meses de febrero y agosto en museos públicos de acá de la capital de Corrientes e inclusive la semana anterior estuve exponiendo en la Casa Lagraña, que es un lugar histórico que pertenece al Superior Tribunal de Justicia y todo el mundo sabe que existe el Museo del Libertador, como lo llamo yo, pero sin embargo no es redituable políticamente, para ser más claro, no genera votos. Si hubiera tenido chamamé o carnaval, les aseguro que ya tendría el espacio que yo solicito.
¿No se dimensiona?
No. Nosotros que tenemos la suerte de ser suelo donde nació nuestro libertador, poca trascendencia le damos. Turísticamente hubiera sido espectacular explotar la vida de José de San Martín acá en Corrientes. El único museo sanmartiniano que existe está en Yapeyú, que lo hicieron hace mucho y tiene dos o tres cosas nada más, después todo es un amplio salón vidriado con un montón de epígrafes en las paredes, todo muy moderno pero tiene muy poquitos objetos.
¿Cómo observa en las generaciones que vienen la continuidad de la historia, de mantenerla viva, hay ánimo o va desapareciendo el interés en estos elementos que tiene?
Para mí el problema es el siguiente, yo no tengo hijos, entonces esa es mi preocupación. No quiero que mis piezas sean desarmadas o alguien que pueda tener acceso a ella las ponga en Mercado Libre, etcétera. Tampoco quiero, si por casualidad y por suerte, el Gobierno se digna a darme un lugar para armar el Museo San Martiniano, que tenga un tinte político porque después viene un político de turno y dice esto no me gusta, por ejemplo, porque era este que tenía patillas, por esto o por lo otro y lo termina cerrando como si nada.
Un interés que comenzó a los nueve años con una penitencia
Consultado sobre qué lo llevó a coleccionar objetos, piezas, relacionadas con el General José Francisco de San Martín, el Dr. Gaspar Moreno, contó que “yo era un niño muy inquieto, travieso y mi amor por el General nace de una sanción disciplinaria”.
Recordó que “yo tenía nueve años y en la primera semana de clases teníamos una prueba de nivelación en cuarto grado. Me había olvidado el semicírculo y la maestra me dijo: ‘No te preocupes, yo te presto el mío’. Y yo, como era muy testarudo, único hijo le respondí: ‘Me voy a mi casa a buscarlo’. Pero me dijo ‘no’. ‘Si yo vivo acá una cuadra de la escuela’, insistí”.
Siguió detallando que “le dije a mi compañero que me cubra y me escapé. Cuando volví, por supuesto, me sancionaron con una semana sin recreo. Mi padre se enteró y me dijo: ‘Pobrecito mi hijito cómo van a ser tan perversos para solucionarlo de esta manera voy a ir yo arreglar el tema’. Al día siguiente fue a hablar con mi maestra y cuando entro al aula le digo a la maestra, ‘¿salgo al recreo?’ Me responde: ‘No papito y a pedido de tu padre hasta fin de año no vas a salir’”.
Moreno sin dudar, dijo que “fue ahí donde nació mi amor a Don José de San Martín porque a los nueve años le hice guardia durante todo el año, paradito debajo de su cuadro y enfrente tenía la Guerra Gaucha, un mural pintado en la escuela sobre Martín Miguel de Güemes. Así que lo tengo presente si cierro los ojos les puedo garantizar que veo con lujo de detalles tanto el mural como la figura del General, que estaba detrás mío. Encima la escuela formaba frente a mí donde yo permanecía paradito”.