El juez de Instrucción 7 de esta capital, Miguel Mattos, le dictó la prisión preventiva por “abuso sexual con acceso carnal” a un psiquiatra y exdirector de Salud Mental de la provincia y en perjuicio de un menor, informaron fuentes judiciales.
Tal como publicó en exclusiva PRIMERA EDICIÓN, el exgaleno, de 59 años, se encuentra tras las rejas desde marzo pasado en una comisaría posadeña.
El citado magistrado ordenó la aprehensión luego de una denuncia realizada por integrantes de la ONG vinculada a la atención de menores en situación vulnerable ante la fiscal de Instrucción 7, Patricia Inés Clérici.
Según relató una fuente, el abuso habría sido cometido cuando la víctima tenía 11 años (actualmente tiene 16) y fue alojado en el Hogar Lucas, institución pública destinada principalmente a la contención y asistencia integral de menores judicializados.
Es decir que de acuerdo a la referida presentación penal, el sospechoso habría sometido a un niño que debía intentar sanar.
Con respecto a la marcha de la investigación, el juez Mattos habría considerado, entre otros indicios, el testimonio de la víctima para firmar el auto de prisión preventiva.
Es que el adolescente declaró en Cámara Gesell en mayo pasado y ratificó lo padecido, indicó circunstancias y lugar del sitio donde fue abusado. Precisó que fue en la vivienda del ahora imputado, a la que fue llevado bajo engaños. Más detalles este Diario se reserva para evitar la revictimización.
De remarcada trayectoria
El expediente en instrucción está caratulado como “abuso sexual con acceso carnal”, con penas previstas en el artículo 119 del Código Penal Argentino. Con esa misma calificación fue notificado el sospechoso de la preventiva.
En su momento y en la indagatoria el psiquiatra, de remarcada trayectoria, negó la acusación, pero continuará detenido por la posibilidad de interferir en la investigación y el riesgo de fuga, entre otros elementos que habría considerado el juez instructor.
Voceros señalaron que el presunto abuso pudo ser denunciado cuando el menor volvió a tener conflictos con la ley y a ser diagnosticado con trastornos que necesitarían de asistencia especializada, en este caso psiquiátrica.
Allí el adolescente habría estallado: “No me van a mandar de nuevo con ese hijo de p…”. Fue entonces que las profesionales en minoridad de la fundación que trabaja en el Hogar Lucas, decidieron preservar a la víctima y avanzar en la denuncia penal para que se investigue el delito contra la integridad sexual. A partir de allí se activaron todos los protocolos para este tipo de causas.