“El medio es el mensaje”, una frase original de los años sesenta del siglo XX cuyo autor es Marshall McLuhan, un filósofo y enorme teórico de la comunicación. El tema es que originalmente, McLuhan quiso decir algo distinto al significado que ha adquirido esa frase con los años.
El filósofo dijo “El medio es el mensaje” refiriéndose a que el medio a través del cual recibimos la información nos afecta más que la información misma.
Los medios (que hasta ese momento no eran estudiados en profundidad), alteran la manera en que el hombre se relaciona con sí mismo y con la sociedad. Hay medios que llevan al receptor de los contenidos a la pasividad, a la no interacción, a la no participación (algo que haría que más tarde se definiera a la televisión como “la caja boba”, por ejemplo). Los medios, independientemente de sus contenidos, inciden de manera crucial en la vida del ser humano.
Pero con el tiempo, el concepto de McLuhan ha cambiado de significado. Se ha utilizado la frase para hacer referencia a otra cosa.
¿A qué hace referencia ahora? Hoy, este concepto postula de manera exagerada, extrema, enfática, que el medio a través del cual se transmite un mensaje es fundamental para el significado del mensaje. No percibimos el mensaje de una nota periodística del mismo modo si ésta ha sido publicada en un medio o en otro de una ideología opuesta. No nos predisponemos de la misma manera ante una obra de arte si la encontramos colgada en un museo prestigioso o la encontramos en un contenedor de basura.
La frase ha tomado vida propia más allá de la teoría original. Y se vuelve un estímulo importante a la hora de pensarnos como receptores de información en general o disfrutadores de arte en particular.
Específicamente en el mundo del arte, tanto el entorno, el soporte, los materiales y/o las técnicas utilizadas por el artista para transmitir su manera de ver el universo, su mensaje, pueden ser decisivos para el propio mensaje.
Pensemos algunos ejemplos específicos:
• Jean-Michel Basquiat, un artista que ha vivido en la calle un par de años, luego del graffitti suele expresar su “mundo” muchas veces pintando sobre soportes que encuentra tirados en la calle.
• O tenemos a Warhol utilizando la serigrafía: donde la técnica produce en serie obras pop que hablan de un mundo donde todo se produce en serie.
• O tenemos el uso de la pincelada gestual, una técnica que en sí misma ya encierra una visón del mundo o un estado de ánimo del artista.
• Y un ejemplo más, que vuelve irrefutable la teoría: el recordado experimento donde Joshua Bell (considerado el mejor violinista del mundo) se puso a tocar de incógnito en el metro de Washington, y apenas un par de personas se detuvieron a escucharlo. El ambiente hizo que nadie percibiera que estaba escuchando una interpretación sublime.