Un preso identificado como Fredy Báez (37)y condenado a 15 años de prisión por el doble homicidio de una pareja de jubilados no regresó de la salida transitoria y se encuentra prófugo.
El imputado, quien el 10 de noviembre próximo iba a recuperar la libertad, se retiró de la Unidad Penal III de Eldorado el pasado sábado a las 7, debiendo estar de vuelta en la cárcel a las 19.
Debido a que nunca se presentó, el subalcaide de dicho complejo penitenciario radicó una denuncia ante la policía. El individuo no fue hallado en el domicilio que fijó para cumplir el beneficio, ubicado en el barrio El Progreso de Puerto Esperanza, según constataron las autoridades del Servicio Penitenciario Provincial (SPP).
No es la primera vez que Báez desaprovecha una oportunidad para estar fuera de la cárcel y que le fue otorgada por el Tribunal Penal de Eldorado.
En octubre de 2018 ingresó al programa de libertad condicional, tras cumplir con las dos terceras partes de la condena, tal como indica la ley. Para ello fijó residencia en Puerto Rico y como “garante” de su reinserción figuraba su pareja.
Sin embargo, sin solicitar autorización se supo que se mudó a Puerto Esperanza, donde diez años antes cometió los dos crímenes por los que terminó tras las rejas.
Fue entonces que se ordenó su detención por violar la obligación de residencia y por si fuera poco, las autoridades se enteraron que mientras estuvo fuera de la penitenciaría, perpetró un nuevo delito. El jueves 27 de diciembre de 2018, su pareja radicó una denuncia ante la Comisaría de la Mujer de Puerto Esperanza, afirmando que le dio una golpiza.
Asesinados por dinero
María Ester Toloza (52) y Luis Crisotomo Espínola (74) eran oriundos de Trelew, en la distante Chubut, y se afincaron en Misiones apenas semanas antes del asesinato, en agosto de 2008.
![](https://www.primeraedicion.com.ar/wp-content/uploads/2023/06/fredy-baez-fugado-360x504.jpg)
Quienes los conocían no tardaron en informar que habían optado la tierra colorada en plan de escape de la inseguridad que se vivía por aquellos años en su provincia de origen.
Paradojas del destino, una muerte violenta los esperaba en el paraíso que escogieron para pasar sus últimos años.
Los vecinos del barrio San Blas de Puerto Esperanza se mostraron sorprendidos por la repentina desaparición de Luis y María de los lugares que solían frecuentar. Por eso, un grupo decidió buscarlos en la casa que habían comprado. Cuando abrieron una ventana, encontraron ambos cuerpos sobre un charco de sangre.
La policía inició una investigación y no tardaron en establecer una primera hipótesis. Los últimos en ser vistos junto a la pareja fueron dos trabajadores informales que realizaron un trabajo de pintura en la casa de la pareja.
Pidieron tres mil pesos una vez finalizado el trabajo, algo que las víctimas no aceptaron. La sospecha de los investigadores apuntó entonces a que, tras la discusión por ese pago, el dúo se marchó del barrio San Blas para regresar en la madrugada del lunes 18 de agosto de 2008 y consumar una sangrienta venganza: Espínola fue degollado y su mujer, asesinada de 17 puñaladas.
Los investigadores no tardaron en llegar a los autores del hecho. El primero en ser apresado fue Fredy Báez, en esa época de 22 años, cuando abordaba un colectivo en la terminal de Esperanza con destino a Buenos Aires. El coautor, Enrique Núñez, quien en aquel momento tenía 20, terminó detenido en el barrio Nueva Esperanza.
Las pruebas en contra del dúo fueron contundentes, al punto que ambos fueron sentenciados meses después a quince años de prisión (a cumplirse este año). Báez fue trasladado a la cárcel de Eldorado y Núñez a la de Loreto.
No obstante, en razón de su buena conducta dentro del penal, Fredy Báez comenzó con las salidas transitorias.
Sin embargo, la historia de su regreso a la calle dio un giro en 2018 porque violó su permiso de residencia y agredió a su pareja. Ahora se encuentra prófugo y se le acumuló otro delito a su largo prontuario.
En abril, un caso similar
Tal como publicó este Diario en exclusiva, a las 8 del Jueves Santo del 6 de abril pasado a Miguel Ángel Robalde le abrieron el portón principal de la Unidad Penal III “Eldorado” perteneciente al Servicio Penitenciario Provincial (SPP) y desde ese momento no retornó.
Oficialmente debía visitar a su madre en su vivienda del barrio A4, zona sur de Posadas y regresar 48 horas después. No lo hizo y desde el lunes 9 de abril pasado tiene pedido de captura nacional e internacional.
El convicto cumplió 46 años fuera de la prisión eldoradense y su paradero es un misterio. En noviembre de 2017 fue condenado como reincidente en atracos o golpes a mano armada, el segundo de ellos a un empresario de la misma ciudad y en banda. Fue condenado a 14 años y seis meses por el Tribunal Penal de Eldorado y el cómputo de sus condenas indicaron que debía estar privado de su libertad hasta el 8 de agosto de 2029. Por reincidente el beneficio de las salidas transitorias no está contemplado hasta que la ejecución de la sentencia expire por completo.