Hace poco más de un año, la vida del profesor de baile Marcos Altamirano cambió drásticamente cuando debieron amputarle una pierna debido a las consecuencias de un accidente. A pesar de esto, jamás se alejó de las pistas ni dejó de lado su pasión por los ritmos latinos. El 13 de marzo último pasó por una cirugía y aún en recuperación, comenzará esta semana a adaptarse para volver a enseñar.
También solicitó una prótesis especial para lograr bailar y movilizarse con facilidad. Fue así que, tras conocerse su historia, desde el Gobierno se comprometieron a tramitarle su pierna ortopédica.
En recuperación
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN Marcos Altamirano comentó que, tras ser operado hace casi un mes, la recuperación fue lenta porque “me sacaron unos 5 centímetros de hueso, porque había crecido el peroné” y que después de esta intervención fue necesario “volver a caminar, manejarse con la prótesis, porque todavía me aprieta muchísimo”. Actualmente contó que “me sacaron los puntos, pero falta bajar un poco la hinchazón”.
A pesar de estar casi recuperado de su última cirugía, el bailarín lamentó que “me quedó atrofiada la pierna derecha, casi sin nada de masa muscular y la poca que había ganado en el año se me fue en esos 20 días de inmovilidad”.
En los próximos días, Altamirano resaltó que “como sea, intentaré dar las clases, porque no puedo perder a mis alumnos”. De momento, indicó que “la idea es esta semana incorporarme como un alumno más, porque una clase son dos horas seguidas y es mucho porque a pesar de que la prótesis aprieta un poco, la puedo manejar, pero tampoco quiero estar en sufrimiento”.
Al dictar una clase, aclaró que “previamente tengo que practicar lo que voy a dar, entonces, son más de dos horas de baile. Al estar como un alumno más para reforzar la pierna y trabajarla durante esta semana”. Al bailar “veré si me duele mucho; en ese caso corto y me voy”, agregó.
En este sentido, comentó que “esta semana es de readaptación para la próxima semana sí enseñar las dos horas”. Este cuidado a la hora de bailar y dar clases es para prevenir que “luego esté todo lastimado y termine peor que antes” añadió. A pesar de esto, insistió en que “sea como sea, aunque me duela, las clases las voy a dar”.
El pedido de una prótesis
Teniendo en cuenta la utilización de una prótesis, Marcos Altamirano relató que como “cambió el muñón se tiene que modificar el cono de enchufe o reemplazarlo”. Señaló que, en Misiones, “es algo que podría hacerse, pero lo difícil es conseguir determinado tipo de pie que me permitan bailar con más comodidad y sin tanto dolor”.
Luego de publicarse su historia, se contactaron desde el Gobierno provincial para intentar mediar en la pierna ortopédica: “mandé la información al contacto que me pasaron y pasé dos presupuestos, uno de Posadas y otro de Buenos Aires para la misma prótesis”. Mientras espera una respuesta concreta, contó que, luego de investigar hablar con otras personas amputadas, “pregunté que, si no podían conseguir la prótesis, sí había la posibilidad de una máquina de electroestimulación para ganar algo de musculación”.
Previamente, recordó que “me manejaba saltando para trasladarme, cocinar y hacerme las cosas a pesar de que las muletas ayudan. Por eso, la pierna izquierda sí trabajó, pero la derecha perdió lo poco que había ganado en 20 días sin moverme”.
Por otra parte, Altamirano está tramitando una jubilación anticipada por invalidez hace un año: “si no me sale, lo único que tengo como entrada son mis dos horas de clases y con eso tengo que hacer magia”.
El profesor de baile compartió que “para este año tenía planeado hacer varias cosas. Mi idea era competir en bachata, kizomba y salsa, también seguir con paracanotaje, que había iniciado antes de la operación”. A su vez, en el tipo de danza a la cual se dedica Marcos “siempre hace falta hombres, así que con uno más que se sume ya es un montón”, cerró.