La gran manera de enfrentar los cambios que se producen en la vida es trabajar en la aceptación.
Cuando nos ponemos en plan: “a partir de ahora comienzo a aceptar todo lo que llega y se va de mi vida”, puede beneficiarnos de manera increíble.
Cuesta entregar el ego, pero cuando lo logramos, todo cambia.
¿Qué significa esto? Básicamente, adaptarnos a la nueva realidad cada día, asumir las pérdidas cuando lleguen y ser conscientes de que solo existe el momento presente.
César Piqueras, escritor, habla de la importancia de la aceptación a la hora de afrontar cambios. Afirma que, “cuando aceptamos estamos eligiendo el camino de la sabiduría, ya no existe queja, ya no hay rabia, hay aceptación“.
Además, en la aceptación no hay energía inhibida ni resignación; hay una acogida hacia lo que está por llegar, hacia el cambio. “Aceptar es una forma de decir: ‘está bien, acepto que esto sea así, no voy a oponer resistencia’”.