¿Qué es la conciencia? Es el conocimiento que el ser humano tiene de su propia existencia, de sus estados y de sus actos.
Muchas veces vivimos en automático, nos levantamos, vamos a trabajar, hacemos las tareas diarias y todo lo que debemos hacer, pero no nos detenemos a tomar conciencia de lo que nos está sucediendo; a veces ni siquiera nos damos cuenta de que nuestra vida está transcurriendo.
Pero, ¿por qué nos pasa esto? Ser conscientes conlleva dolor, por eso lo evitamos. Significa vernos cara a cara con nosotros mismos, con lo que no queremos ver; aquello que rechazamos y nos molesta de nosotros y de los demás.
Por eso a veces elegimos no pensar, no detenernos y seguimos viviendo en automático, distrayéndonos con tantos entretenimientos que el mundo nos ofrece.
Hay una frase de Carl Jung que dice: “No es posible despertar a la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa por absurda que sea, para evitar enfrentarse a su propia alma. Nadie se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad”.
Nuestro ego, conformado por el orgullo y todas nuestras conductas infantiles, en la edad de adultos representa una cárcel de la que nos resulta muy difícil salir. Nos creemos libres y pareciera que decidimos lo que queremos hacer; sin embargo, somos esclavos de nuestra falta de conciencia para conocernos a nosotros mismos. Hacernos conscientes nos lleva al dolor, porque removemos todo lo que hemos estado evitando ver.
Iniciar el despertar de la conciencia de nuestra vida es un proceso en el que al principio vamos a sentirnos incómodos, ya que tendremos que dejar todo lo conocido para ir a lo que no conocemos, pero después aparece una sensación de libertad que nos hará sentir plenos.
Es en este proceso donde tenemos que tenernos mucha paciencia y sobre todo mirarnos con compasión y amor.
Hoy que estás leyendo esta nota. Te pregunto: ¿Sos consciente de tu vida? ¿Te animás a mirarte y preguntarte si estás bien ahí donde estás? ¿Querés otra cosa para tu vida y no te animás a mirar?
Te digo: ¡Anímate!, sabiendo que es tu vida la que está sucediendo ahora.
Somos muchos los que nos estamos animando a hacernos conscientes de todo lo que nos pasa. Aunque a veces no nos gusten algunas cosas.
Bendiciones.