Ana Paula Duarte tiene tan solo 13 años, y ya está emprendiendo el camino del arte como parte de su vida. Tiene el apoyo de sus padres que la motivan día a día para que alcance sus sueños, y la mejor manera es acompañarla en este viaje.
Miryam Olszak es su mamá, quien también tiene sensaciones que la llevan a tomar clases de pintura un poco como terapia y otro más para acompañar a Anita.
Muchos beneficios traen consigo esta actividad que nunca está demás tener presente. Además de favorecer nuestra concentración, la pintura nos ayuda a distraernos de problemas. Asimismo, puede ser muy beneficiosa para trabajar la motricidad fina, tanto en niños como en personas mayores.
Pintar es una actividad que todos hemos realizado alguna vez en nuestra vida y que, aún cuando no se convierta en un pasatiempo recurrente o una pasión, puede ser de gran utilidad para desarrollar la creatividad, distraernos, hacer catarsis, entre otras cuestiones.
Beneficios comunicativos: pintar nos permite expresar de forma diferente lo que sentimos, lo que queremos o incluso, nuestra visión sobre algo.
A través de las formas, el color y el tipo de trazo, se pueden manifestar múltiples sentimientos, emociones y pensamientos. Esta expresión artística es especialmente relevante en personas con discapacidades, que tienen déficits en la comunicación. También podría tener efectos positivos en aquellos que son tímidos o que no son capaces de hablar de manera fluida y natural.
Beneficios motrices: el uso de diferentes utensilios necesarios para pintar, como lápices, carboncillos o pinceles, ayudan a desarrollar la motricidad fina, especialmente cuando somos niños. El manejo y agarre con las manos se va perfeccionando a medida que se trabaja esta capacidad. En los adultos, la motricidad fina se ve reforzada.
Beneficios en el cerebro: nuestro cerebro interviene activamente cuando pintamos.
El hemisferio izquierdo, responsable de las tareas lógicas, está presente, así como el hemisferio derecho, responsable de la creatividad y la imaginación. Por lo tanto, estamos trabajando con el cerebro y desarrollando su capacidad.
Beneficios para nuestra salud mental: esta se ve claramente beneficiada. Por una parte, la pintura favorece la concentración y nos ayuda a adquirirla.
Cuando pintamos debemos estar centrados en lo que queremos transmitir, y no en otras cosas. Además, logra que no nos distraigamos con problemas o situaciones difíciles que podamos estar viviendo, mientras hacemos algo relajado que nos permite ir a nuestro ritmo y realizar composiciones libres.
Beneficios para nuestro placer y diversión: Raquel Aldana, psicóloga, explica que “el hecho de perdernos durante unas horas en una actividad que disfrutamos nos ayuda a dar rienda suelta a nuestra creatividad, así como a buscar realizar pinturas cada vez más bonitas y lúcidas”.
La pintura es algo que podemos hacer en compañía de otras personas, favoreciendo así relaciones de amistad y buenos ratos junto a amigos. Es una forma de estar despejados, tranquilos, trabajando con nuestro cerebro y divirtiéndonos al mismo tiempo.