Hoy se cumple un mes de femicidio de Natalia Ester Castro (41) dentro de un motel de esta capital y durante las últimas horas se conocieron los primeros testimonios que declararon en la causa, investigada por el juez de Instrucción 3 Fernando Luis Verón, quien mantiene como único detenido e imputado a la expareja de la víctima, Mario Alfredo Maidana (42).
Fuentes en contacto con PRIMERA EDICIÓN revelaron que el miércoles último comenzaron a testimoniar familiares de la mujer asesinada quienes ratificaron y dieron detalles de los episodios de violencia que padeció, incluso un año antes de su muerte cuando se había separado del sospechoso.
Declararon tres hermanas de la víctima, de 40, 44 y 53 años, quienes contaron como vivieron de cerca el sufrimiento de Castro ya que desde los 16 años se puso en pareja e incluso se casó por civil.
Las tres fueron determinantes y coincidieron que siempre fue “maltratada tanto física y verbalmente”. Aseguraron que no podía relacionarse con vecinos ni tener amistades por el carácter de Maidana y que sus hijos, hoy de 20 y 26 años, de niños absorbieron esa violencia ya que no podían ni salir a jugar y ella a sentarse afuera a tomar aire.
También que la vida de Natalia cambió cuando decidió separarse, un año antes de su muerte, pero aún así y con prohibición de acercamiento, el hombre insistía en retomar la relación.
Relataron además que el acusado no la dejaba ir a realizarse un chequeo médico y tampoco que lo hiciera con sus hijos.
La pareja tiene en común dos hijos, Angie Nicol Maidana (26) y su hermano de 20, quien residía con el acusado en la vivienda familiar en la chacra 92. El joven tras el crimen se mudó a la casa de una de sus tías y requiere contención psicológica.
Se supo que consiguió trabajo y tiene intensiones de terminar sus estudios, que en su momento debió abandonar porque su padre supuestamente le hacía la vida imposible, sobre todo cuando se fue Nicol y su madre ya no estaba.
Trascendió que, en su declaración, Román ratificó todo lo que su hermana expresó en los medios. Que desde niños sufrieron y no podían salir a ninguna parte. Cuando fueron creciendo, la violencia física mermó, pero siguieron los malos tratos, referentes a los gastos de la casa y hasta ser reprochados porque el imputado tenía que gastar mucho en comida.
Todos los testimonios coincidieron en que el hombre nunca permitió que Natalia saliera a trabajar, aún cuando tenían necesidad ya que era empleado de una empresa de limpieza y muchas veces el dinero no alcanzaba.
Además, los familiares de la mujer confiaron que cuando se fue a vivir con sus padres, estaba más tranquila y consiguió trabajo, pero siempre vivía con miedo de que Maidana apareciera, ya que desde septiembre del 2022 tenía una prohibición de acercamiento, pero no la cumplió.