Muchos años de malaria padecieron los productores yerbateros de Misiones por las políticas implementadas en los años 90 bajo el gobierno de Ramón Puerta, cuando se disolvió la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM) y se desreguló la actividad, dejando a los pequeños a merced de la voracidad y el poder de los grandes.
Desde entonces se conformó un oligopolio que subsiste hasta estos días y que busca, permanentemente, imponer estrategias para maximizar su rentabilidad con maniobras como importar yerba canchada de otras provincias para no comprar a productores locales y sembrar miles de hectáreas para generar sobreproducción y hacer que el precio disminuya.
Siempre hubo sectores que apoyaron a los poderosos desde la política. El gobierno de los años 90, por ejemplo, fue uno de los principales exponentes en este sentido. Ahora es el PRO, aliado a Mauricio Macri y al mismo sector que gobernó Misiones en los 90, el que busca nuevamente desregular el mercado yerbatero y retroceder en el tiempo, echando por tierra muchos años de trabajo que viene realizando el INYM con el Gobierno provincial para lograr un precio acorde para los productores.
El diputado del PRO por Misiones, Alfredo Schiavoni, firmó un proyecto de ley elaborado por la tucumana Paula Omodeo que propone lisa y llanamente la “desregulación económica para el desarrollo productivo de la yerba mate”. Fue presentado el 15 de diciembre y recibió el “Expediente 6702-D-2022”.
El radical Martín Arjol no firmó el proyecto pero la iniciativa pertenece a su mismo bloque. Los integrantes del bloque renovador ni el Frente de Todos tampoco firmaron.
En el primer artículo se propone, lisa y llanamente, “eliminar las restricciones a la oferta de bienes y servicios en todo el territorio nacional y todas las otras restricciones que distorsionen los precios de mercado evitando la interacción espontánea de la oferta y de la demanda”.
La intención choca de frente con el trabajo que vienen realizando el INYM y el Gobierno de Misiones, buscando que el crecimiento y la rentabilidad se distribuyan en forma equitativa, frenando el abuso de los grandes sobre los chicos.
Entre los fundamentos, Omodeo y Schiavoni señalan que “durante demasiado tiempo hemos pretendido organizar la actividad económica desde el Estado, generando una estructura burocrática costosa e ineficiente que desalienta el desarrollo productivo de nuestro país”.
Agrega que “difícilmente pueda el Estado de manera centralizada decidir sobre precios y cantidades en la variedad de mercados en los que pretende hacerlo. La legislación que este proyecto deroga termina generando un sistema irracional de precios y cupos que genera ineficiencias, obstáculos a la producción y al empleo, y en muchos casos incluso produce el desabastecimiento que pretende evitar”.
Los legisladores macristas sugieren que el organismo debe “velar por el cumplimiento de la ley 27.442 de defensa de la competencia en los diferentes mercados que involucran a la yerba mate para que los precios resulten de la libre interacción entre la oferta y la demanda”, lo que derrumbaría el principal atributo del INYM que es fijar los precios de la materia prima y regular la actividad para que no se produzca un desequilibrio.
También propone derogar el artículo 21 de la ley del INYM por medio del cual se crea una tasa de inspección y fiscalización equivalente del 2,5% al 5% del precio promedio de un kilo de yerba mate envasada en góndola. Con esa tasa se financia el Instituto y se aplican políticas para beneficiar a los pequeños productores.