La necesidad de viviendas propias sigue siendo la mayor problemática. Familias que viven en casitas precarias en un mismo terreno, otras que alquilan espacios reducidos y viven hacinados, son parte de una realidad creciente. Los costos de los terrenos y la construcción sustentan la situación, además de los alquileres inalcanzables. Lo cierto es que cada vez se torna más difícil el acceso a la casa propia.
Este hecho se potencia más aún en familias de escasos recursos, que acuden al municipio obereño pidiendo ayuda. “La cantidad de gente que no puede pagar alquiler y se acerca en forma desesperada a pedir un alquiler o una casa, es increíble”.
“Siempre pedimos paciencia para determinar en base a los estudios de cada caso si podemos ayudar o no”, explicó Javier Velázquez, jefe del Departamento de Defensa Civil. “Nos vendría bien un desarrollo importante de viviendas. La ciudad en sí, año a año, crece y aumenta la demanda”.
Según detalló el funcionario, existen más de tres mil pedidos de viviendas. “Son muchos los pedidos habitacionales para solucionar. Hay gente al lado de los arroyos, en espacios verdes, que tenemos que buscar la manera de reubicar”, señaló.
El problema se incrementó notoriamente en los últimos tiempos. “La idea es siempre buscar la solución y que cada uno tenga su vivienda digna; la política local indica tierra, techo y trabajo. Estamos trabajando permanentemente en eso”.
“En su gran mayoría, el vecino comprende que no se puede resolver de inmediato. Pensamos siempre en casos de emergencia en primer lugar”, afirmó.