Muchas veces se tiene la “mala suerte” por así decirlo, de tener algún imprevisto como perder la billetera con documentación y dinero. Con los contratiempos que ocasiona, no sólo por lo que implica realizar los trámites de los documentos, sino muchas veces por el perjuicio de perder el dinero que se tenía destinado para alguna necesidad específica, más en estos tiempos de crisis en el país, son angustiantes.
Y esto le pasó a dos pasajeros de la línea Kenia del grupo Horianski que recorre San Vicente-San Pedro, en el mismo día. Lo positivo de esta “mala situación” es que aún existen personas honestas y honradas, con valores, que no dudan en devolver lo encontrado, como es el caso de Hugo Bitencourt, conductor del colectivo desde hace 23 años, de los cuales siete lleva haciendo la línea San Vicente-San Pedro.
En una charla con PRIMERA EDICIÓN, Bitencourt contó que el viernes “dos pasajeros extraviaron sus billeteras en el coche. Salí a las 13.30 de San Pedro hacia San Vicente y al llegar a destino encontré una billetera con más de 3.000 pesos adentro, documentación que era de un paisano (miembro de los pueblos originarios) así que traté de contactarlo, porque estaba todo en su billetera, incluso los papeles de una moto, hasta que lo pude contactar y se la devolví a las 19.30. Después, vuelvo a salir, ayer mismo (el viernes) de San Vicente a San Pedro y me vuelven a llamar y me preguntan si había encontrado una billetera en el colectivo, así que volví a revisar y sí, allí estaba otra billetera, esta vez con 18.700 pesos y todos los documentos, también contacté al dueño y se lo devolví”, contó a este Diario.
Bitencourt, trabajador de toda la vida, padre de cuatro hijos, tres ya profesionales y uno aún pequeñito, sabe de sacrificios y trabajo para llevar el pan a la familia, indicó que “yo me levanto todos los días a las 4.30 de la mañana y tomo mi turno a las 5 en Fracrán, de donde soy, desde esa hora hasta las 19 todos los días, el colectivo es mi segunda casa, yo sé lo que cuesta ganar el dinero para mantener a la familia, por eso ni lo pienso, si encuentro cosas, como en este caso dos billeteras en un día, busco la forma de encontrar a los dueños y devolverlas, esta es la tercera vez que ocurre en mi turno, que pierdan billeteras. Y en estos tiempos donde los valores y la honradez se están perdiendo, uno tiene que pensar en el otro, el sacrificio que le habrá costado ganar el dinero y está contando con eso para pagar su luz o sus gastos diarios”, argumentó.
Para el trabajador del volante, el colectivo y los pasajeros son como su familia. “Para mí, los pasajeros que suben al colectivo en mi turno, que son muchos, cada viaje son 60 u 80 personas porque pasamos por muchos parajes y colonias en el camino, para mí cuando me subo al colectivo es como mi auto y los pasajeros son como mi familia, cuido de ellos como si fueran un integrante de mi familia, porque alguien los está esperando siempre”, indicó.