La construcción de tumbas, panteones o mantenimiento de las existentes, entre otras obras que habitualmente se realizan en el cementerio La Piedad de Oberá, está ahora regulada por el Municipio local y sólo están autorizados a llevarlas a cabo trabajadores de la construcción con habilitación comercial.
Acciones que en algún tiempo se realizaban en familia, por allegados o conocidos entendidos en el tema, dejaron así de ser una opción. “Hay una regulación, lo que estamos estableciendo es que los profesionales albañiles tengan una inscripción comercial. Cualquier persona, inclusive de otro municipio, que esté inscripta puede construir en el cementerio.
Debe hacer el pedido de construcción o puede venir un familiar autorizando al albañil a que haga la tarea”, explicó Guillermo Correa, director de Inspección General y Tránsito local.
“Tienen que venir, porque hay recomendaciones. Una es, que no se pueden poner floreros, para evitar el dengue. El cementerio cuenta con agua para que utilicen los constructores o para limpieza de tumbas”, indicó.
Excepciones
El funcionario admitió que hay varios albañiles inscriptos y aclaró que si algún integrante de la familia del fallecido está en condiciones de hacer la tarea, hay autorizaciones especiales, siempre que se compruebe.
El tema de la capacidad, prácticamente cubierta, del cementerio, también fue abordado por el funcionario: “Muchas personas se acercaron y lo que más se optó es que familias con varios fallecidos en distintos lugares, unificaron en una tumba a través del nicho de reducción. En ese acto ya se liberan cinco tumbas. Fue una de las opciones que nos dieron mejor resultado”.
“Asimismo la cremación es otra opción que crece. También las fosas planificadas, que son dobles y nos dieron lugares”, comentó.
Paralelamente la Municipalidad adquirió tierras lindantes, como se había autorizado oportunamente (ver recuadro), para ampliar la comprometida capacidad. “Hoy estamos bien, estamos mejorando lo que tenemos y estamos pensando en el nuevo cementerio como concepto”, afirmó Correa.
“Todas las acciones nos permiten optimizar el lugar, reutilizar el espacio que ya tenemos y planificar el nuevo espacio”, finalizó.
Ampliación del camposanto
En agosto de este año, el Concejo Deliberante de la localidad autorizó la compra directa de un predio para la ampliación del espacio del cementerio municipal. El expediente aprobado señala que es de público conocimiento la falta de espacio físico en el camposanto obereño, a efectos de realizar las próximas inhumaciones, donde en muy poco tiempo ya no habrá posibilidades de continuar realizando estos servicios.
Ante estos inconvenientes y habiendo realizado las consultas necesarias, se presentó un vecino que cuenta con un inmueble lindante a la actual necrópolis, quien manifestó estar dispuesto a ceder y vender una fracción de dicho lote a la Comuna para destinarlo a la ampliación del cementerio municipal.
Esta adquisición redundaría en numerosos beneficios para el municipio, teniendo en cuenta que descentralizar o reubicar parte del cementerio en otro lugar traería muchos inconvenientes en cuanto al costo de instalación, mantenimiento de los servicios o visitas de familiares, entre otros.