¿Sabes que puedes rediseñar tu vida? La forma de hacerlo no es difícil, pero requiere esfuerzo de tu parte.
Observa la visión de lo que deseas y sostenla de forma muy controlada y consciente. Mantente en silencio, escucha a los demás y cuida tus palabras.
El espíritu de tus palabras es sagrado. Cada vez que hablas en tiempo presente utilizas tu Presencia Yo Soy. Esto quiere decir que si expresas una queja en tiempo presente, la construyes. Otro gran error es expresar un deseo de mejoría en tiempo futuro.
Dices: “Estoy mal ahora, pero voy a estar mejor”. Estoy mal ahora, tiempo presente. Voy a estar mejor, tiempo futuro. Como consecuencia, ese deseo no se cumplirá jamás. No crea en absoluto; en cambio, lo que sí crea es ‘estoy mal ahora’.
Recuerda que el futuro no existe. No es Presencia Yo Soy. Esto es muy simple, ¡pero casi nadie lo tiene en cuenta!
Observa cómo habla la gente: “Algún día estaré sana”, o “algún día conoceré al chico o la chica de mis sueños”. Por desgracia, todo eso no va a pasar nunca, porque está expresado en futuro.
Y lo peor es que sigues quejándote en tiempo presente. Esa es la única visión de quienes no cuidan el espíritu de las palabras.
En cambio, alguien que se sostiene correctamente en su única visión dice: “Perdí el trabajo. Es lo que hay, pero soy poder absoluto y voy a cambiar esa realidad”.
Observa en el campo de las infinitas posibilidades y empieza a crear su nuevo trabajo.
Te sostienes en tu única visión al cuidar el espíritu de tus palabras.
Cuando la gente te dice: “¿Ya conseguiste trabajo?”, puedes contestar: “Estoy en ello”.
Si alguien enferma y le preguntan: “¿Cómo estás?”, puede contestar, por más que no se sienta bien y para sostenerse en su única visión: “Cada día estoy mejor”, y no está mintiendo.