Nuestros hermanos, esos seres que nos rodean y tejen todo el universo de materia sutil. Los Devas, esas presencias misteriosas que pintan de colores los amaneceres, están esperando en el plano sutil para ser mirados e invocados por nosotros.
Su misión es la de cocrear con la humanidad, esta misma humanidad que desconoce su presencia porque ha perdido el poder de la oración y de la invocación. Cada vez que miro la naturaleza, sus colores y formas evoco el real mundo al que pertenecen.
Cada vez que siento la falta de amor y orden en este mundo, invoco a mis hermanos sutiles para que pueda aliviar mi camino y el de otros. Los Devas con su luminosidad, variedad de colores y notas musicales purifican nuestro entorno y dan vida a nuestro interior. Ellos nos tienden la mano, esperando que algún día nos demos cuenta de su presencia y podamos cocrear un mundo mejor.
Ellos están esperando a nuestro alrededor para ser llamados en nuestro auxilio. Llenan nuestro mundo de pureza, alegría y compasión.
Sus atributos les pertenecen como dones solamente para ser compartidos con la humanidad y nosotros sólo vamos tras el espejo del poder. Nosotros los codiciosos, nos cuesta comprender su mundo, porque es un mundo sólo de virtudes y dones.
Están a nuestro alrededor, vienen para cooperar con nosotros, sólo interfieren si se lo pedimos, son altamente sutiles, no piden nada a cambio, responden solamente a la luz y al Arquitecto Divino.
Se elevan dando. Son sutiles, transparentes, ingrávidos, etéreos. Existen en cada uno de los elementos y tienen los dones de esos mismos elementos. Sufren con la maldad y la injusticia y sólo responden a los espíritus puros y libres de corazón que al igual que ellos quieran servir en amor y luz.
No pienses que los puedes manejar. Tienen un alto sentimiento de la verdad y justicia. Sólo acuden al llamado si es puro y noble de corazón.
Los Devas, mis hermanos, ¡qué gris sería la vida sin sus colores!
Las tonalidades responden a sus atributos y son transformadas de acuerdo a sus virtudes, sólo viven para dar luz, amor y consuelo y poder crear un mundo mejor.
Abre tu corazón al ¡entorno! Ellos nos están rodeando y están alertas y expectantes para servir y abrirnos camino en la luz.
Cuando no haya más maldad en tu mirada y puedas soportar el dolor y la injusticia aparente de este mundo ellos se harán presentes en tu vida. Sólo se aparecen cuando sienten la pureza de propósito en tu corazón.