Muchas veces te privás de disfrutar de las ventajas de convivir con animales por inconvenientes tales como el fuerte olor que dejan en el ambiente. Argumento nada difícil de remediar si pones en práctica algún que otro truco para conseguir que tu casa huela bien aun si tenes un perro.
Lo primordial es asegurarte que el perro se encuentra en óptimas condiciones de salud. Si percibís que su olor está siendo más fuerte que lo habitual, debes consultar al veterinario ya que esto podría deberse a alguna afección cutánea.
Otro compromiso es el de cepillar al perro con frecuencia a fin de proporcionarle una adecuada higiene diaria. La cantidad de veces por semana dependerá de su tipo de pelo, entre dos y cinco veces a la semana es una buena práctica. De esta manera se eliminan restos de suciedad y de excesos de pelos durante la muda.
Además del cepillado habitual, es necesario bañar al perro, pero sin abusar. El exceso de baño puede dañar la capa de grasa que lo protege, naturalmente, de problemas cutáneos tales como las alergias.
Mantener la higiene de la zona que constituye su espacio, como ser su cucha, su colchón o sus mantas, es clave para eliminar malos olores. Lo mejor es hacer cambios de colchas o fundas semanalmente. Un perro pasa muchas horas en una misma zona y su olor quedará impregnado en estos elementos que usa a diario.
Un truco casero pero efectivo es añadir vinagre de manzana al agua con la que repasamos el piso, lograras que la casa huela bien aunque tengas un perro.