Texto e Imágenes:
Colaboración Walter Faviere
Dicho esto y antes que nada, ¡buenas gente!, nos volvemos a encontrar. Les cuento que al igual que la semana anterior salí a dar unas vueltas por Misiones por el simple placer de disfrutar de nuestra tierra colorada y, andando por la ruta 14, llegué hasta la altura del acceso a Salto Encantado (ruta 220), pero finalmente decidí seguir unos 500 metros más hacia Dos de Mayo, donde hacia la mano izquierda, se encuentra el acceso al Salto Piedras Blancas.
Una vez seguro de hacia dónde quería ir tomé la colectora sur de la avenida 8 de Septiembre y luego por el camino de tierra conocido como picada Islas Malvinas, que culmina en el acceso al agrocamping Piedras Blancas. Aboné el acceso en la administración y continué con mi objetivo principal en cada una de estas salidas a las rutas misioneras, disfrutar a pleno de la naturaleza.
Si algo caracteriza al lugar es el sonido del arroyo Canal Torto, también conocido como arroyo Alegre, que es muy tranquilo y playo en toda la extensión del camping. Como para dar una mejor idea, en los 200 metros que se usan para hacer kayak, el agua llega a la rodilla de una persona adulta, así que si tienen niños es el sitio perfecto para una jornada tranquila y divertida en familia.
Si la idea es acampar, para quienes prefieren la comodidad de una cabaña, quédense tranquilos porque en el predio hay cuatro cabañas con todas las comodidades, y quienes realmente disfrutan de la experiencia de acampar, con el ritual del armado de la carpa, también podrán hacerlo.
En cuanto a comodidades, los visitantes encontrarán quinchos, sanitarios, duchas con agua caliente y fría, y la proveeduría que tiene stock de mercaderías para la cocina, carnes, embutidos, pickles, envasados, dulces artesanales, bebidas, galletitas, helados y artículos de limpieza). El lugar cuenta con baja señal de telefonía celular pero se puede tener wifi en la zona de acampe y cabañas. Además, cuenta con cancha de fútbol y vóley, y juegos para los más pequeños.
Continuando con mi recorrido caminé unos 150 metros desde la entrada y pude apreciar el Salto desde arriba.
Desde el mirador, con barandas para seguridad de los campistas, se ven las piedras blancas que le dan el nombre al Salto. Después descendí unas escaleras de no más de 100 escalones con dos descansos intermedios.
Ya en la parte inferior, respiré profundamente el aire misionero, rara mezcla con sabor a tierra, selva y agua, me senté y en un estado casi hipnótico absorbí la paz del lugar y disfruté ver correr el agua a través de las diferentes terrazas que componen el salto.
Por lo que pude ver y según me contaron quienes me recomendaron el lugar, dependiendo del caudal del arroyo, se puede ingresar a la zona de la cascada y disfrutar del agua y simplemente compartir un buen mate o tereré.
Si alguien me preguntara qué más se puede hacer en el lugar, respondería que lo que se imaginen. Es el sitio perfecto para practicar trekking o avistaje de aves por ejemplo. También brinda la posibilidad de practicar kayak como mencioné antes.
Sentarse junto a un fogón durante la noche y compartir historias, una guitarreada o por qué no un partido de truco y cuando el cansancio comience a pesar en nuestros párpados, relajarnos aún más y dormir con el constante susurro del agua en su recorrido.
¿Astroturismo?
Recorrer los paisajes no es solamente admirar las bellezas durante el día sino también, a la noche, levantar la vista y ver el cielo estrellado gracias a la distancia que separa este lugar de las luces de la ciudad.
Si el visitante de Piedras Blancas es fanático y experto del astroturismo quizás diga que el lugar no es el ideal para hacer campamento con esa intención dado que tiene más luz que la deseada para ese tipo de observaciones y poco horizonte, sin embargo no es necesario ser un experto para disfrutar de un excelente paisaje nocturno en la tierra colorada.
Piedras Blancas permite que se puedan apreciar miles de estrellas, parte de la vía láctea algún satélite artificial o una que otra “estrella fugaz”, con nada menos que el sonido del agua corriendo entre las rocas. Completa y perfecta paz… ¿Qué más se puede necesitar?