A nadie escapa la constante baja en popularidad que tiene el presidente Alberto Fernández, en especial por el manejo que hace de la economía del país. Hay encuestas que vienen mostrando un interés de los participantes por buscar una figura opositora como alternativa a una reelección del kirchnerismo/ albertismo.
Mientras la Casa Rosada pelea por conseguir alivios a la pesada carga que tiene la población sobre sus bolsillos, radicalismo y macrismo se siguen marcando las diferencias entre las redes sociales y las apariciones en medios de comunicación.
Entre el “fuego amigo” y las críticas duras, no muestran unidad y en consecuencia tampoco confianza. Algo que el oficialismo viene padeciendo entre la indiferencia de Cristina Kirchner con Alberto Fernández o de La Cámpora con el Gobierno.
Es el gobernador jujeño y presidente de la UCR nacional, Gerardo Morales, quien más le viene “marcando la cancha” a la alianza de Juntos por el Cambio. Y cuestiona acciones tanto PRO como de radicales.
Primero, se lanzó al Twitter contra un halago que Mauricio Macri le hizo al menemismo de los ‘90: “La UCR es un partido democrático, no una empresa. Tenemos dirigentes políticos, no CEOs”.
Ayer, fue contra el proyecto del diputado nacional de la UCR San Luis alineado con Lousteau, Alejandro Cacace, para dolarizar la economía argentina, tratando de ganar la atención de posibles votantes de Javier Milei que sostuvo lo mismo.
Entonces, Morales dijo: “Rechazo terminantemente el payasesco proyecto presentado por un diputado de Evolución. Hay que ser irresponsable e ingenuo, por no decir otra cosa, para plantear que la dolarización es la salida”.
Es evidente el movimiento interno que JxC tiene, con “grietas” profundas en la ideología, que no escapan a la publicidad de sus actos. Entre la mala experiencia reciente de Gobierno y los tironeos dirigenciales, el tiempo dirá si el electorado los mantiene en una posición expectante o busca alternativas.